Esencia de mujer

Un año más la Asociación Española Contra el Cáncer celebra el día de Santa Águeda, patrona de las mujeres mastectomizadas. Es de suponer que esta mujer, elevada a santa, tuvo que destacar en su vida por algo ejemplar. Pero ella no es la única protagonista de este artículo. La historia está sembrada de mujeres, grandes y pequeñas, que han destacado lo suficiente como para que su testimonio sea recordado.

No hay que irse muy lejos. Seguro que durante la cena de AECC muchas de ellas comerán anónimamente. Pero en sus casas, en sus círculos más cercanos, sus familiares y amigos sabrán que ellas son sus santas Águedas particulares, mujeres capaces de luchar contra una enfermedad que aún hoy produce respeto. Ellas en cambio no le tienen miedo, porque han aprendido a mirarla de frente y a leer en sus ojos que no es invencible. Se han aferrado a la vida con uñas y dientes. Habrá algunas que se queden en el camino y otras que le den esquinazo después de pelear duro; pero todas dejarán una huella imborrable en todos los que las conocen.

Las personas que, por unas u otras razones, hemos tenido el privilegio de tratar con las mujeres mastectomizadas de la Asociación aguileña, hemos recibido de ellas una gran lección. Nos han contagiado su optimismo y vitalidad, nos han hecho reír, han compartido su experiencia, y han desechado el pudor y la vergüenza. Orgullosas de combatir contra la muerte, nos han mostrado sus cicatrices de guerra y vestidas con el escudo de la esperanza, nos han animado a colaborar con su causa.

Ésta es la historia de heroínas anónimas, de vencedoras, de mujeres de bandera, que hoy celebran la festividad de su patrona y cada día, la vida. Ánimo y gracias por vuestro ejemplo triunfante.

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