Una majestuosa Virgen de Los Dolores hizo vibrar a Lorca la noche del pasado viernes

El Viernes de Dolores da comienzo a un periodo de fervor, manifestado en las diferentes procesiones. La primera de ellas es la del Viernes de Dolores y está presidida por el Paso Azul. Y, por supuesto, la protagonista, desfilando majestuosa es la Virgen de Los Dolores. Titular de esta Hermandad de Labradores, es una obra, esculpida por el artista valenciano José Capuz en 1942 y que sustituyó a la anterior efigie de vestir, que fue destruida en la cuerra Civil. La Dolorosa luce un manto declarado de Bien de Interés Cultural y fue realizado en 1904.
Llegada la tarde, comenzaban los eventos con la recogida de Banderas de los Pasos Azul y Blanco. Este momento se desarrolla todos los años presidida por una amplia comitiva, integrada por el estandarte, la Junta Directiva, la Banda de Música y los cofrades, que tras recoger la bandera se dirigieron al punto de salida de la procesión.
El silencio fue el protagonista hasta que la Madre Dolorosa cruzó el umbral de la puerta de la Iglesia de San Francisco, unos instantes en que la emoción contenida y vibrante protagonizaba el ambiente, dándose cita cerca cerca de un millar de lorquinos y visitantes.
El Paso Azul cerró el Desfile Bíblico Pasional del Viernes de Dolores y volvió, acompañada de muchos, muchos azules, de regreso a la Iglesia de San Francisco en su día grande. Pero antes, mecida por sus portapasos, desfiló en la carrera bajo una lluvia de pétalos, mientras en los palcos ondeaban sin cesar pañuelos azules.

Precediéndola, los 12 nazarenos de la Virgen con capuz en terciopelo azul marino bordados en oro y plata, donde se pueden apreciar escenas marianas y de la pasión de Cristo.
La Virgen estuvo precedida por cientos de mujeres vestidas con la clásica mantilla española en señal de duelo por la muerte de Jesús.
A lo largo del recorrido se pudieron ver lágrimas, y escuchar, vítores que rompían el silencio respetuoso una vez que el estandarte guión -obra de Emiliano Rojo en 1945- entraba en carrera. Tras él, la Infantería Romana, las banderas de la Hermandad y el estandarte del Ángel Velado, obra de Francisco Cayuela, iniciaron el cortejo. Mientras que miles de lorquinos recibían a la Dolorosa a su paso con claveles. Tras la imagen, los integrantes del Escuadrón de Caballería de la Guardia Civil que le dan cada año escolta. La escolta a caballo del paso Azul cerró de ese modo una comitiva eminentemente religiosa.
No faltaron en la procesión del Viernes de Dolores, las tres cofradías eminentemente religiosos, la Archicofradía del cristo de la Sangre (Paso Encarnado), la cofradía del Cristo del Perdón (Paso Morado) y la Hermandad de la Curisa (Paso Negro).
Por último, cabe resaltar que el Escuadrón de Caballería de la Guardia Civil cumplió 20 años desde su primera participación escoltando a la Santísima Virgen de los Dolores.

EL PASO BLANCO A LA CARRERA EN EL VIERNES DE DOLORES
El Paso Blanco desfiló majestuosamente el Viernes de Dolores. Esta primera procesión es también la primera prueba para el resto de cofradías, sobre todo para el Ilustre Cabildo de Nuestra Señora la Virgen de la Amargura -Paso Blanco- que pone en carrera parte de los grupos de romanos de su cortejo bíblico.
La cofradía blanca volvió a lucir por sexto año la siga de Valeria Maximila que procesiona con otras dos sigas, la de Licinio y la de Majencio. Cabe destacar que el Paso Blanco volvió a tener como protagonisras a los emperadores romanos sobre sus carros, como fueron Licinio, Octavio, Teodosio, Magencio y Constantino. Destacar también los guiños a Roma, con la caballería y la fanfarria, así un grupo a pie de mujeres, y a Egipto, con el Faraón Siamón.
La caballería de la Visión de San Juan,que desfiló por primer año en Viernes Santo tras ser renovada, el estandarte y los nazarenos del Rosario también fueron protagonistas en el cortejo del Paso Blanco.