La tradición protagonista

Un año más los aguileños muestran su fervor religioso con una masiva participación en los desfiles pasionales

Imagen de la procesión

Imagen de la procesión de Viernes Santo.

Un año más los aguileños salieron a la calle para contemplar los desfiles pasionales, y dar muestras nuevamente de su fervor religioso a la vez que testimonio de su incondicional adhesión a una festividad que cada año va tomando mayor relevancia en la localidad.

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Tanto es así, que esta Semana Santa se ha seguido en la línea de incorporación de nuevas imágenes, como es el caso del Cristo del Prendimiento, que ha desfilado por primera vez bajo el mando del Paso Azul. Cabe recordar que la pasada edición fueron las imágenes de La Verónica y El Cristo de la Sangre las imágenes que se sumaban a las procesiones aguileñas. Ambas tallas salieron a la calle la jornada del Viernes Santo, al igual que este año lo hiciera el referido Cristo del Prendimiento; un día que comenzaba con los tradicionales redobles de tambores y sonidos de trompetas. Alrededor de las once de la mañana comenzaron a formarse los diferentes “pasos” que hasta bien entrado el mediodía fueron recorriendo las principales vías aguileñas.

Los desfiles siguen convocando gran número de público en las calles

Cofradías como la del “Cristo de la Columna” o “San Juan Evangelista” dieron lo mejor de sí para que la procesión resultara de lo más fluida y acompasada. También salió a la calle el Paso Azul, aquel que porta la imagen de Nuestra Señora de los Dolores, patrona de todos los aguileños, quien tuvo su jornada de celebración el viernes anterior al de Pasión.

La procesión nocturna se distinguió, como todos los años, por la presencia del Paso Negro (Cofradía del Santo Sepulcro), quien muestra al Cristo Yacente, y que en esta ocasión volvió a aparecer acompañado por la recién estrenada imagen de la Verónica, ataviada con mantilla negra y portando en sendas manos una corona de espinas y un pañuelo.

Tampoco se puede olvidar el desfile que abre la Semana Santa aguileña, como es la tradicional Procesión del Silencio, que la noche del Jueves Santo volvía a estremecer a una ciudad apagada. Un pueblo completamente a oscuras para ser testigo de una sobrecogedora escena, como es la de un Cristo agonizante clavado en la Cruz, soportando el peso de todas la culpas.

Se trata de una procesión que cuenta con multitud de adeptos, tanto “penitentes” como espectadores y de gran tradición en la localidad. Hay que decir que la llamada “Procesión del Silencio” recorrió las calles del municipio la medianoche del Jueves Santo, como viene siendo habitual.

También cabe citar la procesión del Domingo de Ramos que, tras un paréntesis de muchos años, ha vuelto a reaparecer hace ahora cuatro, con más fuerza y mayor número de adeptos. Todo ello gracias al esfuerzo de las diferentes cofradías aguileñas y en especial a la de San Juan Evangelista. La procesión de Las Palmas reúne a un gran número de niños ataviados a la usanza del pueblo hebreo, para disfrutar de uno de los momentos cruciales de la Pasión de Jesucristo: su entrada triunfal en Jerusalén.

El programa de Semana Santa se ha visto completado con la celebración de múltiples actos litúrgicos y culturales que se iniciaban con el Septenario en Honor a Nuestra Señora la Virgen de los Dolores, la semana anterior a la conmemoración del Día de la Patrona. Los Santos Oficios del Jueves Santo igualmente contaron con la participación de un gran número de fieles, así como la iglesia de San José se abarrotó de público para asistir a la ya tradicional representación del “Auto de la Pasión”, la jornada anterior.

En definitiva, un año más el Cabildo de Cofradías ha sacado a la calle el fruto de su trabajo que, en colaboración con otras muchas entidades y personas particulares, ha dado como resultado unos desfiles esplendorosos y en calidad ascendente.

El pueblo, en consonancia, ha respondido con su respaldo absoluto estando presente y siendo partícipe de cuantas celebraciones se han sucedido a lo largo de unas fechas tan entrañables para toda la comunidad cristiana de la localidad.

Solemnidad y fervor religioso

En un escenario único, como son las principales vías aguileñas, sale a la calle la jornada del Viernes Santo el fervor religioso de todo un pueblo arropando a las diferentes cofradías que conforman el Cabildo local. En esta edición de la fiesta han procesionado más de 1.500 personas, haciendo posible un año más el milagro de la representación viva de la pasión y muerte del padre del cristianismo.

Se trata de los componentes de las hermandades “Nuestra Señora Virgen de los Dolores”; “Nuestro Padre Jesús de la Sangre y Santísimo Cristo de la Columna”; “Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la Soledad” y “San Juan Evangelista y La Verónica”.

Todos ellos han dado nuevamente lo mejor de sí para que cada año aumente la relevancia de los desfiles aguileños, objetivo que sin duda se está cumpliendo, teniendo en cuenta las numerosas novedades que de manera paulatina se van incorporando a las diferentes agrupaciones pasionales de la localidad.

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