ENTRENAMIENTO EN AYUNAS

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Es recomendable si se realiza de manera suave y siempre y cuando ya tengamos un mínimo de condición física cardiovascular
Entrenar por la mañana sin haber ingerido todavía ningún alimento puede maximizar el consumo de las grasas y mejorar la capacidad de los depósitos de glucógeno por supercompensación.

Debemos tener en cuenta que mientras dormimos el cuerpo también gasta energía, simplemente para mantener el funcionamiento de todos los sistemas. Más concretamente, el sistema nervioso únicamente puede emplear glucógeno como fuente de energía, ya que es el único nutriente capaz de sobrepasar la barrera encefálica, aunque si realizamos ejercicio “intenso” los músculos necesitarán obtener la energía por la glucólisis, sustrato del cual en esta situación de ayuno no se dispone, no funcionando bien el organismo; por tanto, evitaremos siempre el ejercicio intenso en ayuno.
Por esta razón, no se puede realizar este tipo de entrenamiento cualquier persona. Sólo aquellos que ya tengan una mínima base aeróbica sentirán los efectos positivos, ya que tienen una mayor facilidad para trabajar a intensidades lo suficientemente bajas como para estimular el metabolismo de las grasas. Los sujetos que estén iniciándose en la práctica deportiva deberán evitarlo.
En cualquier caso, siempre hay que tener en cuenta que realizar un entrenamiento “intenso” en ayunas puede ser peligroso, ya que el riesgo de caer en una hipoglucemia -pájara, como se conoce de manera común- es muy alto. Además, el organismo necesitaría obtener glucógeno a través de otras vías, y en casos de necesidad urgente se emplearán tanto los ácidos grasos para lograrlo, implicando una pérdida de masa muscular y una caída del sistema inmunológico. En cambio, cuando el ejercicio es suave son las grasas las que proporcionan la mayor parte del suministro energético, por lo que no debería haber problemas. La combinación de ejercicio suave con ayuna puede, en consecuencia, maximizar la combustión del tejido graso. Por otra parte, recordar que el hecho de eliminar la primera comida del día debería suponer un ahorro en la ingesta total de energía, cosa que beneficiaría la pérdida de peso. Sin embargo, si no se realiza correctamente podría provocarse un efecto rebote, ya que la sensación de hambre tras la actividad sería tan grande que induciría a una ingesta de alimentos que puede superar el ahorro previo.

El entrenamiento en ayunas se realizará tras una base de al menos un mes teniendo en cuenta:
No sobrepasar el umbral aeróbico. Se aconseja trabajar entre el 60%-65% de la f.c.máx.
A partir de las 2h (ciclismo) o 45 minutos (running) es cuando gana en efectividad.
La frecuencia recomendada es de 2 días a la semana durante 4 ó 6 semanas.
Levantarte a trabajar, no tomar en toda la mañana y salir a entrenar sin comer nada, no es recomendable. Si no puedes salir a entrenar nada más levantarte por trabajo,no lo pongas en práctica.

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