Los romeros aguileños hacen el Rocío
El pasado lunes de Pentecostés la comitiva aguileña regresaba de su viaje de una semana de duración hasta Huelva, donde fueron a ver a la “Blanca Paloma”
Como cada año, la comitiva de la Hermandad Rociera de Águilas iniciaba, el lunes 6 de junio, su camino hacia la Aldea del Rocío. Una emotiva y hermosa romería donde los oles, vivas y salves rocieras a ritmo de tambores y flautas, amortiguan el cansancio y agotamiento típicos de las largas jornadas a pie y el gran calor que se soporta.
Este año fueron 19 personas las que salían al unísono de nuestro pueblo, y junto a la Hermandad Rociera de Murcia, madrina de la aguileña, emprendían esta simpar caminata, en pos de la Blanca Paloma.
A lo largo del lunes, martes, miércoles y jueves, como bien nos ha contado Sebastián Pelegrín, los romeros de Águilas recorrieron a pie, junto a la carreta del Simpecao, todos y cada uno de los emblemáticos rincones andaluces que componen el camino hacia el Rocío.
Cuatro días de convivencia en los que se mezclan emociones y vivencias y en los que, los más experimentados comparten sus sensaciones con los que emprenden el camino por primera vez.
Este año, más del 50% de la comitiva de la Hermandad Rociera de Águilas era bautizada en el río
Quema. Diez personas experimentaban de este modo en primera persona, una experiencia única que recordarán siempre a lo largo de sus vidas.
Llegada a la Aldea
El jueves día 9 de junio, tras recorrer los último 60 kilómetros del camino, conocido como la Raya Chica, los rocieros de Águilas llegaban por fin a la Aldea del Rocío, en Almonte.
Allí se encontraron con los casi 100 aguileños más que acudieron este año a ver a la Blanca Paloma.También en la Aldea se congregaban los numerosos rocieros de toda España, casi un millón, que junto a sus correspondientes Hermandades, plagaban la Aldea de sevillanas y tradición, ya que esta peregrinación se remonta al siglo XIV.
El pasado lunes regresaban a Águilas los rocieros locales, tras una semana intensa en la que, sin
duda, han vuelto a vivir una experiencia única, que recomiendan vivir, al menos, una vez en la vida.