El almendro contra la erosión

Los suelos aguileños y lorquinos presentan unos niveles muy altos de erosión y desertificación

Ceniceros de playa

Imagen de una finca de almendros

Ambas localidades podrían beneficiarse de un proyecto cuyo objetivo es lograr la aplicabilidad y sostenibilidad del cultivo de nuevas variedades de este frutal como forma de protección del suelo.

Aún o se han hecho estudios concretos en el sureste murciano, pero según ha podido constatar esta redacción, las futuras variedades serían aptas para el clima y el suelo de Lorca y Águilas. Mientras tanto, a Consejería de Agricultura y Agua, a través del Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario (IMIDA), ya está desarrollando el proyecto ‘Protección del suelo en áreas mediterráneas mediante el cultivo de nuevas variedades de almendro’, con el objetivo de demostrar la viabilidad del cultivo de variedades de almendro adaptadas a las condiciones ecológicas del Mediterráneo en la lucha contra la erosión.
Este proyecto, cofinanciado por el programa Life de la Unión Europea, pretende demostrar que una gestión de las tierras basada en el cultivo de nuevas variedades locales, en este caso el almendro, puede convertirse en un sistema sostenible de prevención de la degradación del suelo.

En concreto, según este trabajo, las nuevas variedades de almendro se obtienen a partir de los recursos genéticos locales, en un intento de demostrar que un uso sostenible del patrimonio vegetal local puede proteger el suelo frente a la degradación, que tiene un grave impacto medioambiental, económico y social. Para ello, se presta especial atención a la influencia de esas variedades en las características bio-geológicas del suelo, con el objetivo de determinar las prácticas agrícolas más adecuadas para la mejora de esas características.

Así, a través de este proyecto se intenta crear el suficiente sistema radicular que permita la retención de las partículas del suelo y evite su arrastre cuando se den episodios de lluvias torrenciales. Además, se pretende obtener un beneficio económico de la producción de almendra que incentive al agricultor a no abandonar las zonas rurales y asumir el papel de gestor del entorno medioambiental.

Sobre esta base, la ubicación de las parcelas experimentales para el desarrollo de estos trabajos se sitúa en las regiones de Murcia –en el término municipal de Moratalla-, Basilicata (Italia) y Puglia (Italia), donde las condiciones climáticas y topográficas (semiáridas) crean un grave riesgo de erosión y presentan un riego elevado de degradación del suelo.

Entre los resultados que se esperan obtener de este trabajo, que comenzó en octubre de 2005 y finalizará en 2008, destaca la demostración de la capacidad de desarrollo, floración y fructificación de las nuevas variedades en las zonas mediterráneas citadas; la selección de las combinaciones ‘variedad-sistema de explotación’ óptimas para la calidad del suelo, teniendo en cuenta tanto las pendientes como los datos climatológicos; y la demostración –desde un punto de vista socioeconómico y técnico– de la aplicabilidad y sostenibilidad del cultivo de nuevas variedades de almendro como forma de protección del suelo.
El proyecto, que cuenta con un presupuesto de 1.635.845 euros, surge como consecuencia de la colaboración de trabajos de investigación llevados a cabo en el IMIDA, con diversos socios pertenecientes a centros de investigación españoles e italianos como el Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (CEBAS); Instituto per lo Studio degli Ecosistema-Consiglio Nacionale delle Riscerche (CNR) y Azienda Agrícola Sperimentale Demostrativa “Pantanillo” – Agencia Lucana di Sviluppo e di Innovazione in Agricultura (AZIENDA).

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