El hipnotista Jeff Toussaint dejó ‘dormidos’ a varios jóvenes aguileños
El pasado jueves tenía lugar un impactante y divertido espectáculo en el conocido bar de la localidad Route 66, donde este ilusionista dejó boquiabiertos al más de centenar de asistentes
Al más puro estilo expresionista y como si de muñecos de trapo se tratara, este afamado hipnotista, manejó a su antojo a cuatro voluntarias que, ajenas totalmente al espectáculo y desconocidas por el mago, estuvieron más de dos horas literalmente ‘hechizadas’ y rendidas a sus órdenes.
Como hiciera el descabellado Doctor Caligari con su lacayo Cesare en la clásica película ‘El gabinete del Doctor Caligari’ -máximo exponente del movimiento cinematográfico conocido como ‘Expresionismo alemán’ de principios del siglo pasado- las jóvenes realizaban todo tipo de acciones totalmente controladas por Toussaint, que tal y como declaraba a nuestros medios ‘ni hago nada especial ni poseo poderes extraordinarios y lo que yo hago, aunque esté avalado por 25 años de experiencia, con una formación adecuada, puede hacerlo cualquiera ya que el poder de la mente es algo asombroso y no le sacamos el partido que se merece’.
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Más de dos horas se extendía el espectáculo donde se pudieron ver cosas tan asombrosas como, de un sólo toque, -eso sí, previos ejercicios intensos de concentración y donde sólo de los quince voluntarios que salieron al escenario finalmente cuatro fueron los seleccionados- caían fulminados sumidos en un profundo estado de hipnosis.
Además del imnpacto que supuso la contemplación de este ‘manejo de voluntades’ -que quedaron totalmente a merced del ilusionista-, el showman realizó una serie de divertidas actividades que hicieron reír y disfrutar a la cantidad de asistentes que, en ningún momento, fueron capaces de despegarse de sus asientos, quedando ‘enganchados’ desde el primer minuto de la puesta en escena de las habilidades del hipnotista.
Este espectáculo se realiza por cuarta vez en el local y, seguramente, no será la última debido a la gran acogida y crítica de la que ha sido objeto.
Así, podemos asegurar desde nuestro equipo -que fuimos testigos en todo momento del espectáculo- que se trató de un evento, que de repetirse, no puede pasar desapercibido.