Sorolla, Lehmberg y Larsson
La mayoría de las veces, un día no da para mucho: levantarse, desayunar, correr hacia el trabajo, comer, vuelta al trabajo, hablar un rato con los amigos, llegar a casa, descansar, cenar, leer los mensajes y acostarse. Pero aunque muchos de esos días resultan sorprendentes por algún motivo esperado…
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