“Lo recuerdo como un día triste, pero a la vez como un día lleno de solidaridad”
Los integrantes de Cruz Roja de España son ángeles voluntarios que protagonizan día a día portadas en todos los noticiarios por sus increíbles acciones.
Mañana hará exactamente un año, del día que miles de ellos acudieron, de manera rápida y eficiente, a socorrer a cuantos lorquinos lo necesitaran.
La Actualidad rememora junto al Presidente de Cruz Roja Española en Lorca, Juan Carlos García Ruiz, aquellos momentos donde la angustia y la humanidad fueron de la mano.
Pregunta.- Nervios, miedo, incertidumbre, pánico. Ante esta situación ¿De dónde se saca aplomo suficiente para actuar?
Respuesta.- Ninguno de estos términos los podemos utilizar en una situación como la acontecida en Lorca el 11 de Mayo de 2011. Serenidad, poder de reacción, agudeza… estas serian cualidades más apropiadas a la forma de comportarnos, para los que tenemos responsabilidades en instituciones encargadas o responsables de auxiliar a la población de una manera rápida, efectiva y resolutiva ante grades emergencias.
El aplomo al que usted se refiere, lo conseguimos gracias a la intervención de cientos de voluntarios que nos respaldan. Su solidaridad, humanidad y profesionalidad, hacen que realicemos las cosas con seguridad, con pasos firmes y seguros. Un complejo entramado de medios materiales y humanos, provocan, que como en el caso de nuestra ciudad, aquella tarde a las 21:00 horas, decenas de ambulancias, hospitales de campaña, albergues de emergencia, vehículos especiales y cientos de voluntarios, estuviesen desplegados por todo el casco urbano, trabajando por y para los lorquinos afectados, que por otro lado, éramos todos, de una u otra manera. Y esto indudablemente te da el apoyo suficiente para estar sereno dentro de la gravedad de la situación. Digo sereno porque tranquilos no pudimos estar, al tener tantos campos de trabajo que cubrir y necesidades que atender.
P.- Suponemos que nunca olvidará aquél 11 de mayo, ¿Cómo lo recuerda?
R.- Lo recuerdo como un día triste, como el día que más caras de pánico y angustia pude ver jamás. Pero es curioso, a la vez lo recuerdo como un día de solidaridad, apoyo y ayuda entre los lorquinos. No se me va de la mente, aquellos pasillos de emergencia que dejaban los conductores para facilitar el paso a las ambulancias, así mismo, aquellas manos anónimas que auxiliaban en las calles a nuestros heridos, aquellos hombros que apoyaban la cabeza de alguien que no cesaba de llorar. Eso es humanidad, ese gesto que todo el mundo pudo ver y que hizo que nos sintiéramos tremendamente orgullosos de ser ciudadanos de una ciudad rota por la tierra pero unida por el corazón.
P.- Lorca recibió un apoyo rápido y eficaz de una serie de Cuerpos de Seguridad y Emergencias considerable, ¿Alguna mención en especial?
R.- Yo mencionaré lo que conozco, que es la Cruz Roja. Más de mil voluntarios llegados de todos los rincones del país, auxiliaron de una u otra forma a nuestra ciudad durante las primeras 72 horas. Eso es mucha gente, muchísimas personas, la respuesta de los integrantes de nuestra institución para apoyar a sus compañeros de Lorca no tiene precedentes. Una marea roja, y no me refiero al fútbol, plagó de solidaridad todas las calles de nuestra querida Lorca, que por otro lado tanto la necesitaba. Ayuda social, asistencia sanitaria, apoyo psicológico, todos los campos se trabajaron desde aquellos compañeros madrileños, manchegos, gallegos, y un largo etc; que dejaron su trabajo, sus estudios, sus familias.., para socorrer a un pueblo. Para ellos mi mención, no especial, sino mi mención más humana, calurosa y entrañable. Gestos y acciones que nunca se me olvidarán, ni como presidente de Cruz Roja, ni como lorquino.
P.- Fueron miles los voluntarios de Cruz Roja que vinieron al municipio con una gran premura. En la retina de todos queda aquel campamento improvisado que a tantas personas acogió, ¿Recuerda alguna anécdota con especialidad?
R.- Bueno en aquellas horas no estábamos para muchas anécdotas. Era mucho lo que teníamos que hacer y organizar. Como le decía la respuesta de otras asambleas de Cruz Roja fue ejemplar. Recuerdo un vehículo de Tarrasa, aparcado en el Huerto de la Rueda, sobre las diez de la noche, con el que no cuadraban las horas de viaje. Preguntando a los compañeros, me dicen que estaban haciendo un curso en Alicante, se enteraron de lo acontecido por la radio, y sin pensarlo ni un segundo, dejaron la última hora de docencia, y se bajaron a Lorca. Y aquí se quedaron con nosotros tres días, durmiendo en sacos y con lo puesto. Es uno de los cientos de ejemplos, que hacen que se te ponga la piel de gallina y remarque la calidad humana de nuestros voluntarios.
P.- A día de hoy, la cruz Roja de Lorca, ¿En qué situación se encuentra?
R.- Estamos como casi todos los damnificados, fuera de casa. Nosotros también perdimos nuestra sede, los daños fueron cuantiosos y considerables. Conseguimos un bajo provisional gracias a la cesión generosa de Sodelor, una empresa lorquina que se volcó con nosotros. Desde entonces realizamos desde allí nuestro trabajo, en espera de la reconstrucción del local de la calle Eugenio Úbeda. Ya se ven los primeros rayos de luz sobre las obras, gracias también a la solidaridad de todas las Cruz Rojas del país. Cada una aportará una cantidad de dinero, para poder abrir de nuevo nuestra sede, otro gesto que hace visible la unidad de nuestra institución. Esto sumado a la cesión del bajo por parte del Ayuntamiento y la colaboración del consorcio de seguros, hacen posible que hoy estemos muy ilusionados y esperanzados en volver pronto a casa. Y esta ilusión queremos transmitirla a nuestros vecinos, para que todos, poco a poco, podamos regresar al techo del que nunca debimos salir, pero que por caprichos de la naturaleza hacen que hoy estemos en la situación que nos encontramos. Ilusión y esperanza para todos, porque todos somos Lorca.