El cine club

Ya inicié la pasada semana un emotivo recuerdo al Cine Club Francisco Rabal que ahora parece se echa de menos.

Nuestros experimentos no fueron en una tablilla, sino en un par de centenares de aguileños que encontramos ávidos de cine original, de cine en estado puro y con ganas de escapar del cine hortera y simplón norteamericano.

Respetábamos a los clásicos pero apenas podíamos programarlos: porque no estaban en los circuitos y porque Garci los trabajaba bien.

Por ello, iniciamos la experimentación, buscamos el cine raro pero con el aval de Venecia, Cannes, Valladolid, San Sebastián y Berlín.

Nos olvidamos bastante del tío Oscar, la verdad. Por consenso, recuerdo.

Algunos de aquellos experimentos supusieron para algunos la experiencia de que existía algo diferente al cine español y europeo, una vez desvinculados ligeramente del cine norteamericano, del que sólo trajimos lo más selecto y despreciamos el 95 % de los títulos, salvado las raras como “Smoke“, “Bagdad Café“ y “Reservoir dogs“, el primer disparate genial de Quentin Tarantino. Llegamos al cine australiano con la simpática “La boda de Muriel“.

De Papúa-Nueva Guinea, la verdad, no encontramos nada.

Allí, en las diversas salas que tuvo el Cine Club, pudimos proyectar cine francés (con la atractiva última Catherine Deneuve en “Indochina” y la deliciosa “El marido de la peluquera“ de Patrice Leconte, y el “ Cyrano “ de Depardieu.

Mantuvimos el nivel en cine alemán, británico, el irlandés y el escandinavo, como los dos o tres disparates que trajimos de Aki Kaurismaki.

Planteamos, desde luego, los clásicos: Fritz Lang , Murnau y el resto de los representantes del cine expresionista alemán de los años 20 y 30: “ Metrópolis”, “El Golem“, “Nosferatu”, en fin, lo propio de un cineclub. También nos centramos en el cine español más agresivo, como el de Almodóvar (cuando todavía era un maldito) con “ Laberinto de pasiones ”, “ Pepi, Luci y Bom y otras chicas del montón“ y el de Alex de la Iglesia con la genial “El día de la bestia“ , sin perder de vista al gran Buñuel en ciclos puntuales, así como a nuestro Paco Rabal, en sus mejores películas, dejando las malillas para Cine de Barrio.

Seguimos con el cine alemán de los 60 y 70, con el cine de Fassbinder, continuamos con experimentos como “Delicatessen“ y “El jardín secreto“, seguimos con el cine británico , divertido y culturalista de Kenneth Branagh revisando a Shakespeare y nos concentramos en el cine comprometido irlandés, con Ken Loach y Stephen Frears, como la dura “Lloviendo piedras“, la simpática “Café irlandés“ , y la locura musical “Commintments“. También tuvimos una serie de películas chinas, taiwanesas y coreanas muy recordadas, como las primeras de Zang Yimou y la entonces su señora, la impresionante Gong Li. Las coreanas que encontramos eran especialmente divertidas e hicimos reírse a un montón de aguileños en dos sesiones, como “Banquete de bodas“ o “Comer, beber y amar“, del genial Ang Lee. También nos acercamos al cine iberoamericano más duro , en el que trajimos cine argentino, mejicano, incluso colombiano, como la sorprendente y recordada “La estrategia del caracol “ .

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