«Hemos posicionado el nombre de nuestro pueblo en un lugar prominente del universo rociero»

coheENTREVISTA A GINÉS ROBLES ESCÁMEZ, HERMANO MAYOR DE LA HERMANDAD DE NUESTRA SEÑORA DEL ROCÍO DE ÁGUILAS
La Actualidad: Bueno Ginés, después de unos cuantos años como Hermano Mayor de los rocieros, ¿esta conversación que mantenemos, es una despedida?.
Ginés Robles: Ni mucho menos, esta misma semana he estado en El Rocío en la Misa de la Hermandad sevillana de Tomares, donde el nuevo Segundo Mayordomo es hijo de “aguileños”, entre comillas porque no son nacidos en Aguilas, pero si aguileños de corazón y nos visitan continuamente. Y después de nuestras Elecciones, que son este domingo 23, seguiré colaborando con la Hermandad en lo que se me pida, así que estaré trabajando hasta el último día y el lunes próximo seguiré en la brecha, y hasta después de la Toma de Posesión del nuevo Hermano Mayor. Si algo me llevo bueno de mi mandato, entre muchas otras cosas, es haber aprendido a querer a mis hermanos, a ilusionarme con ellos y a respetar y sentirme orgulloso de nuestra institución, cosa que no va a cambiar como «rociero raso».
LA: Cinco años, ¿Dan para mucho?.
GR: Cinco años son una vida, y me darían para un libro, y es que si hago memoria se me escapa la mayoría de cosas que hemos logrado este tiempo, saliendo a toda la Región de Murcia, el Levante Almeriense, Sevilla y El Rocío en Huelva, para defender punto por punto el compromiso mío y de mi Junta de Gobierno; llegar a la Fe a través del amor y de la alegría.

He vivido dos tramos algo diferentes como Hermano Mayor, el primer año y unos meses, por decisión de nuestro Padre el Sr. Obispo como Presidente de la Junta Gestora de nuestra Hermanda, y cuatro años elegido después en las urnas por decisión de mis Hermanos. Lo mejor: haber doblado el número de hermanos, hasta trescientos, contando con una Sección Juvenil que trabaja los mejores valores de la transversalidad del carácter cristiano; tener un Coro cuya más brillante medalla es el compromiso incuestionable y desinteresado con su Hermandad; unos Tamborileros de corazón y honradez intachables; un Carretero ejemplo de autenticidad y fortaleza, y haber conseguido gestionar económicamente la Hermandad con el apoyo de los hermanos, con lo que hemos incrementado y mejorado todo nuestro patrimonio. Y permitirnos la satisfacción, como entidad sin ánimo de lucro que somos, de colaborar con las campañas de Cáritas y Hogar Betania, con la Residencia de San Francisco, con la edificación del gran local de Acción Católica, con nuestra casa; la Parroquia de San José, y con las importantes obras sociales que desarrolla la Hermandad Matriz de Almonte, en El Rocío, entre otras.
Y ha sido la ilusión, y el trabajo de muchos hermanos, lo que ha permitido también embellecer nuestro patrimonio, nuestras galas, convivencias, Misas Mensuales, almuerzos caballistas, las cenas y nuestra tradicional Romería, haciendo las cosas con tanta ortodoxia que las grandes hermandades rocieras se sorprenden con respeto cuando estamos en la Aldea, y con esta cuestión quiero repetir lo comentado muchas veces: que hemos posicionado el nombre de nuestro pueblo en un lugar prominente del universo rociero; una devoción religiosa y espiritual, musical, turística, folclórica y cultural que mueve a millones de personas durante todo el año.
LA: ¿Cómo te gustaria que te recordaran?.
GR: Pues como he sido, he intentado ser; unos más entre los hermanos, humilde, cercano, honrado y que nunca me he enfrentado a ofensas y críticas con una palabra más alta que otra. He escuchado a todos por igual, aunque yo luego sacaba mis conclusiones y actuaba a mi manera y bajo mi forma de ser.
LA: ¿Te queda algo pendiente como rociero?.
GR: Me queda mejorar lo que llevo intentando desde hace mucho tiempo: ser honrado en mis obligaciones, honesto con amigos y detractores, que también hay, ser mejor cristiano, y tomarme la vida como lo hacen los rocieros: somos peregrinos en un mundo que podemos mejorar a poco que arrimemos una sonrisa y una mano de esperanza. Y me marcho muy orgulloso, porque quien ha dado el paso para ponerse al frente de esta obra, mi Hermano Fernando Gallego, tendrá un apoyo unánime, será un presidente de consenso y muy espiritual, muy bien considerado en el santuario del Rocío, y con el que he vivido El Camino y el Rocío que no sale en televisión, el de una manta y una noche de estrellas.
Y me queda agradecer su cariño a todos los hermanos, a aquellos que marcharon a la Presencia del Señor, a mi Junta de Gobierno, valientes y trabajadores, a Joaquín El Ganaero y sus colaboradores, a nuestro Consiliario D. Manuel, a Pepe Ruíz, el cura amigo que creyó en mí, a nuestro Hermano-Sacerdote Justo José Sánchez Muelas, por ser nuestro guía en el Pentecostés rociero, a un Ayuntamiento de Águilas que nos ha apoyado bajo cualquier forma y color, a los aguileños, y a aquella por quien todo tiene sentido; la Santísima Virgen, nuestra Madre del cielo.
¡Viva la Virgen del Rocío, Viva la Hermandad de Águilas!

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