La peña más sabadeña del Carnaval quiere que se cumpla la ley de Don Carnal
El Equipo B lleva ya doce años participando de una fiesta a la que han ayudado a ser grande
El Equipo B escoltó a Camacho.
El Equipo B es una de las peñas más significativas del Carnaval; aunque, para definirlos habría que dar forma a una nueva categoría: las peñas “sabadeñas”. Y es que, los más de 40 componentes de esta comparsa han marcado un antes y un después en la historia reciente del Carnaval aguileño.
Ironía, una burla social que acaricia los límites de lo permisible…pero, sobre todo, este grupo de amigos son un claro ejemplo de la magia del Carnaval, más allá del desfile; del espíritu que irradia de un Carnal tan chabacano como burlón, de una gracia tan sarcástica como bucanera.
Han pasado ya doce años desde que, estos compañeros de fatigas y cubatas, decidieron disfrazarse de “guarras de esquina” un sábado al mediodía, siendo muchas las peñas que han seguido sus pasos.
Durante estos años, han derrochado buenas dosis de ironía, pillas de lo más amable y otras, pardiez, con “mala leche”…¿Quién no recuerda a un grupo de manolas ataviadas con una original peineta y una vela encendida sobre su pecho que recreaba un símbolo fálico? ¿O aquel Nacimiento viviente que llevó a las beatas a presinarse a su paso y clamar al cielo con cara de resignación? ¿O este último año donde se metieron en la piel de unas atrevidas legionarias?.
El espectáculo con esta peña está asegurado, al igual que las risas cuando aparecen sobre su ya mítico autobús
Sin duda, el Carnaval de 1994 fue uno de los destacados por parte de sus componentes. Este año, el Equipo B desplegó un autobús-hospital con el nombre de la “Pava de la Pantoja” , que no la de Puerto Rico, ese personajillo al que ya encarnó el bueno de Ginés Ortiz de la Peña El Roncaor.
También hay que destacar el 2003, un Carnaval en el que estos “golfos” del Equipo B se disfrazaron de escolares del “Colegio María Enculada”, tal y como rezaba en la parte trasera de su inseparable autobús.
Para este año quieren armarla. Los más veteranos de la peña han apuntado que quieren llamara la formalidad, cumpliendo la ley y dejándose de tanto critiqueo. Tal vez recurran a los libros y propongan un ejercicio cultural, aunque no lo creo.
En fin, con muy formales que quieren ser, seguro que pronto lo olvidarán una vez salgan del Bar Ramonetero con alguna cuerva de más. ¿Acaso piensa alguien que olvidarán las minifaldas por la cintura, los enormes barriles de brebaje mágico, los espectáculos de streeper en medio de la calle o su manía por querer ser los pregoneros y subir al balcón del Ayuntamiento?
Una de las comparsas más significativas de la fiesta aguileña
Siguen con su manía de querer ser los, pregoneros del Carnaval y cada año tratan de subir al balcón del Ayuntamiento.
