Llega la Cuaresma

En la eterna batalla librada por Don Carnal y Doña Cuaresma desde que el hombre es hombre, finalmente es esta última quien se hace con las riendas del calendario para preconizar ese tiempo de austeridad y recogimiento que dará paso con su término a la Semana Santa. Muchos son los actos que la liturgia cristiana, medida por la que se rige precisamente nuestro calendario, celebra con tal motivo, contándose como el más representativo el miércoles de ceniza. La jornada que da fe de la victoria del espíritu sobre la carne, en un simbólico recordatorio de que el cuerpo es destructible y está condenado, sin remedio, a ser mero polvo.

Por otra parte, se encuentran aquellos ritos que suponen el anuncio de la pasión y muerte de Jesucristo, también celebrados con actos multitudinarios. Es el caso del culto al denominado Cristo de Medinaceli, una imagen que tiene hondas raíces en la localidad y es venerado por multitud de fieles. Su celebración coincide con la jornada del primer viernes de Cuaresma, momento que ya se empieza a considerar la antesala de la misma.

Así, el pasado viernes la ermita aguileña, sede de la imagen del Cristo de Medinaceli era visitada por miles de devotos que participaron en los diversos actos conmemorativos de la jornada, siendo uno de los más representativos el denominado “besapiés”, donde los concurrentes tocan con sus labios los pies de la imagen en señal petitoria.

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