Monas, un tiempo para el recreo

El festejo marca toda una tradición en el calendario aguileño pasadas las jornadas de Semana Santa

Imgen de la tarde de "monas"

En la imagen un grupo durante las «monas».

Con la finalización de las fiestas de Semana Santa, se abren las puertas a ese tiempo de recreo que, conocido en la localidad como “días de monas”, hace trasladar a la mayor parte de la población hasta el campo o la playa para disfrutar de estas mini-vacaciones al aire libre.

Se trata de una tradición local muy arraigada y que con el paso de los años ha ido tomando tanto auge, hasta el punto de alargar en el tiempo esas iniciales y típicas “tres jornadas de merienda”.

Las actividades preferidas son los juegos de playa, mesa, así como la música y el baile

Lo que se ceñía a esas tres tardes: domingo, lunes y martes, ha pasado a ser para los jóvenes todo un espacio y tiempo para la acampada que puede incluso comenzar para algunos de ellos la noche del Viernes Santo, y para la mayoría el sábado de Resurrección.

Los lugares escogidos son principalmente las playas que circundan la localidad, zonas que, como se ha señalado, se dejan ver desde el fin de semana plagadas de tiendas de campaña y “fogatas”.

Las principales actividades llevadas a cabo son las relativas a los deportes al aire libre, durante el día, alternados con juegos de mesa o playa, y, como no, las sesiones de sol, además de atreverse a dar un baño que otro “si el buen tiempo acompaña”. Los protagonistas de la juerga nocturna son la música y el baile, en un escenario mágico bajo la luz de la luna y los fuegos encendidos.

Estas “acampadas” no son en absoluto privativas de los grupos de jóvenes, sino que también son muchas las familias que optan por pasar estos días festivos fuera de sus casas.

Sin embargo, la mayoría de los excursionistas aún mantiene la costumbre de “pasar el día”, sobre todo en la playa. De esta manera, las diferentes zonas del litoral aguileño se convierten en el punto de encuentro de miles de personas, entre grupos de amigos, familias, etc., con el objetivo de pasar una jornada de convivencia, con la comida y los juegos como telón de fondo.

Las paellas cocinadas con leña son el menú más común entre los excursionistas, haciendo con ello honor a una de las playas más concurridas, como es el caso de la conocida precisamente por “el arroz”, donde la jornada del domingo se dio cita una multitudinaria concentración de gentes dispuestas a gozar de una jornada excepcional.

Días de convivencia

Desde luego que no hay mejor marco para la convivencia que la madre naturaleza, ya que es el escenario perfecto para que cada cual pueda desarrollar y disfrutar de su actividad preferida. Así, las familias que optan por salir de casa durante estas jornadas festivas, tienen a su disposición los elementos necesarios para realizar actividades acorde con sus edades y gustos.

Mientras los padres se dedican a los juegos de mesa o a la “buena siesta”, tras una buena comilona, los más jóvenes y pequeños derrochan su energía jugando a la pelota u otras actividades lúdicas que permite el espacio.

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