El asalto a la democracia de Estados Unidos termina con cuatro muertos

El fascismo de Donald Trump se hizo presente ayer. Estaba claro que haría cualquier cosa con tal de no aceptar una derrota electoral. El asalto, manchado de sangre, al Capitolio de Estados Unidos, el exacerbamiento de las banderas confederadas en las galerías del Congreso y actitud mussolinianas del líder, confirman lo que hemos visto en sus años de presidencia.
Apenas una hora antes, el presidente se había dirigido a la multitud para insistir en su teoría del robo, pidiendo veladamente a sus seguidores que ajustaran cuentas con los artífices del desacreditado pucherazo. Con el asalto al Capitolio ya perpetrado, Trump colgó un mensaje en las redes sociales pidiendo a los manifestantes que se retirasen, pero volvió a insistir en su infundada teoría del fraude.

La imagen insólita del Capitolio ocupado obligó a suspender la sesión conjunta de las dos cámaras del Congreso. Las autoridades cerraron las puertas del hemiciclo y evacuaron al vicepresidente Mike Pence para garantizar su seguridad. Pero aun así se vivieron momentos de extrema tensión. El asalto deja un balance provisional de cuatro muertos, al menos 14 policías heridos (dos de ellos graves) y una ciencuentena de detenidos, según las autoridades locales.

PUBLICIDAD:
Confía la promoción de tu negocio en el digital líder en la comarca del Guadalentín

redaccion@la-actualidad.com // WhatsApp: 633772935

Esta web utiliza cookies para que tengas la mejor experiencia de usuario. Si continúas navegando estás dando tu consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pincha el enlace para más información.

ACEPTAR
Aviso de cookies