Devuélvenos el mes de abril

Cuando mayo se haga cargo del calendario, mis días gozarán decididos, previos al estío, a un junio de tránsito y a su júbilo inventado. O no… de alguna manera, como en aquellas mañanas de carnes y banderas que habitaban el poema de Salinas: “La palabra iba suelta, vacante, ingrávida…”, Sabina nos devolverá su mes de abril el próximo 10 de junio, en la vecina ciudad del sol: vibrante y resuelto, el flaco de Úbeda presentará en la Plaza de Toros lorquina su nuevo espectáculo “Carretera y top manta” y -cómo no, en primera fila y cámara en mano- yo lo recibiré como si de un gurú se tratase, a pesar de su voz rasposa, que delata a quien en realidad que ya lo ha vivido y bebido todo.

Las alas de este cronista de la santa transición, de este juglar de cafés de medianoche y algún canuto con el que celebrar la vuelta de su unicornio azul, vuelven a comerse el mundo; como Ícaro, aunque esta vez sin la compañía de los dioses del Olimpo. Y es que al flaco de Úbeda sólo le queda su talento. Claro está, más que suficiente.

Con su nuevo trabajo, Pájaros de Portugal, Sabina no ha tardado en reencontrarse con una jauría de seguidores, dispuestos a vivir, que no a oír, sus letras que cantan como nadie a la victoria, aunque su voz esté vencida y rota.

Una voz en decadencia, en un viaje hacia el coitus interruptus, a gatillazos como el de hace seis meses en el Teatro Jovellanos, cuando tuvo que dejar el escenario con una voz quebrada que contrasta con el cielo de Olga Román, que hace de colchón, o de un genio en la sombra, como es Panchito Varona.

El de Úbeda bien ha dejado atrás aquella noche, pero fiel a su sarcasmo nos ha dejado un soneto escrito de su puño y letra, bajo el nombre de Gatillazo Gijonés:

Ya comprende un servidor
que el gatillazo de ayer
no encoña al mejor postor
Sin edad de merecer
puedo seguir siendo yo
cuando me da por crecer.

¿Por qué en Gijón, madre mía,
Donde yo menos quería
pasó lo que me pasó?
Mi garganta pajillera
con costo en la faltriquera
dijo que sí, pero no.

Lo malo es que el Jovellanos
se me escapó de las manos (por do más pecado había…)
El Titanic y el grumete
salsa rosa caga y vete
monstruo de cuaderna vía.

A mi Nano, en Nueva York
se le atravesó el Serrat
y Manhattan lo adoptó
y a Pablo, cuerpo presente,
cuando fue a Chile, a pisar
nuestras calles nuevamente
Las pisó, claro que sí,
cayendo chuzos de punta (pero estuvimos allí).

Los del barçá, los valdanos,
las zidanes cejijuntas,
los talibanes cubanos.
Y, sin embargo, esa voz
enmudeció de repente
para darnos otra coz,
cambiarle la jeta a Acebes
es lo mejor de la noche
de este concierto tan breve.

Mañana será otro día
volveré a ser el fantoche
de calle melancolía.

Sabina dará el pistoletazo de salida al festival lorquino Espirelia ´06, donde también actuarán a Caetano Veloso, José Carreras o B. B. King, entre otros.

Devuélvenos abril este junio.

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