El Ayuntamiento, socio de peso del Casino
Dicha reunión fue convocada a propuesta de la Junta Gestora que actualmente, y tras la dimisión generalizada de la anterior Junta Directiva, preside Germán Sáez. El motivo de la convocatoria no era otro que la presentación de un Convenio con el Ayuntamiento de Águilas.
Antes de que comenzara la asamblea, resultó significativo que, por primera vez, la Junta Gestora decidió colocar en la puerta del Salón de los Espejos, lugar donde se llevó a cabo la reunión, un cartel que avisaba de que “los socios que no estén al corriente de pago no podrán ejercer el derecho a voto”. Asimismo, aunque no fue esta la razón, cabe destacar la escasa asistencia a la convocatoria, tan sólo 21 socios de los casi 200 que conforman la totalidad de socios del Casino de Águilas acudieron a tan importante y decisoria cita. El Casino de Águilas, una Asociación que años atrás había contado con casi 600 miembros y con el totalidad de sus dependencias puestas en marcha.
Arranca la asamblea
Germán procedía a las 20:30 horas a desarrollar una extensa y detallada explicación acerca de trámites, reuniones y diversos pormenores de todo el trabajo realizado por la junta gestora hasta la fecha, labor encaminada a la modificación de redacción del anterior Convenio, que había sido catalogado por la Junta Directiva que más tarde dimitió de “Inaceptable para la Asociación del Casino de Águilas”. Germán, que en todo momento manifestó su querencia por ser lo más «aséptico» posible frente a la situación, procedió a la revisión de los contras y pros que la posible firma del Convenio de Colaboración con el Ayuntamiento de Águilas podría acarrear al Casino, destacando cómo más importante el hecho de que los 120.000 euros con los que la Comunidad Autónoma había dotado al Ayuntamiento de Águilas, solicitante de la cantidad, para la reforma de fachada, cubierta y luminaria del edificio del Casino, «se perderían de no ser empleados antes de fin de ejercicio», y que para ser recibidos por la Asociación, ésta debía hacerse cargo de los 70.000 euros restantes que harían falta para llevar a cabo dicho proyecto. No en vano, Germán Sáez afirmó que “la impresión de la reunión que tuve con el alcalde no es mala, no creo que existiera confrontación como tal, tampoco creo que el Ayuntamiento tenga intención de quedarse con el Casino, aunque sí que es cierto que con este Convenio se le cedería el 35% del edificio durante 23 años”. Aunque, por contra, también añadió que “sí que he podido intuir, aunque no se haya dicho como tal, que el Ayuntamiento podría cerrar el Casino en cualquier momento si así lo decidiera”. Más tarde comenzó a redactar las condiciones del Convenio.
OBLIGACIONES DEL AYUNTAMIENTO:
Pagar 900 euros al mes a la Asociación del Casino (de los que se descontarían 248 euros mensuales a modo de préstamo, ya que el Ayuntamiento se prestaría a proporcionar la cantidad de líquido que necesitaría la asociación para afrontar la reforma). Buscar subvenciones pertinentes para la restauración de la totalidad del interior del edificio. Costear los gastos de personal y luz derivados del Convenio.
OBLIGACIONES DEL CASINO:
Incluir el logotipo del Ayuntamiento y de la Comunidad Autónoma en todas las actividades realizadas por el Casino vinculadas al Ayuntamiento. Ceder el uso del Salón de los Espejos al Ayuntamiento, siempre que lo solicite con un mes de antelación. Cumplir las medidas de control de gasto, dentro de la legalidad. Ceder las dependencias libres de la parte de arriba del Casino para exposición de pintura o similares. Ceder el uso de la oficina de la Asociación de Agricultores (ASAJA) si el Ayuntamiento la solicitara con 2 meses de antelación.
El convenio se aprobó ante una ridícula asistencia marcada por 12 votos delegados presentados por José María Guillén Los escasos asistentes que vieron cómo el Casino de Águilas podría dejar de ser una entidad privada -gestionada únicamente por sus socios, como siempre había sido a lo largo de su historia- para pasar a ser un edificio donde la mano pública haría su entrada decisiva, no quisieron firmar ese Convenio sin antes debatir, discutir y casi patalear. Socios cómo Miguel Navarro, José María Guillén, Víctor González, Antonio Carvajal, Ginés Ortiz, Gonzalo Pagán, Antoine Segura, Juan Miguel Serrano y Paco Carretero (propietarios de ambos locales de ocio del Casino), Antonio Franco, Pedro Navarro (vicepresidente de ASAJA) o Antonio Zaragoza, estuvieron hasta 4 horas, junto a Germán Sáez, tratando de proponer alternativas, buscando opciones a este Convenio que en absoluto les parecía justo.
Se habló incluso de una nueva Asamblea de Socios en la que presentar una nueva Junta Directiva que pudiera iniciar las negociaciones con el Ayuntamiento de Águilas, pero dirigiéndose en otra línea. Finalmente nada pudo hacerse, ya que en el momento de las votaciones, y contra todo pronóstico, cerca de la medianoche, el gestor José María Guillén, «casinista de pro», se sacaba de la manga un total de 12 votos por delegación que había llevado a la reunión, descolocando a una gran mayoría de socios asistentes situados claramente en contra de aprobar el borrador. Guillén, argumentó su actuación con unas claras palabras: “no quiero morir viendo el Casino cerrado”. De esta manera se defendía de los duros ataques recibidos de manos de otros socios que lo culpaban de haber vendido el Casino «muy barato» con su actuación. Otro de los socios más afectados tras la aprobación del Convenio es Pedro Navarro, que como vicepresidente de ASAJA, no tiene más remedio que esperar a saber en qué situación quedará la actual sede de la Asociación. Con un total de 18 votos a favor, 7 en contra y 2 abstenciones, quedó ayer aprobado el Convenio de Colaboración mediante el cual, el Ayuntamiento de Águilas, durante 23 años, será propietario de una total del 35% del edificio del Casino y que será firmado el próximo 26 de noviembre.
