El Salón Actualidades y el Teatro Guerra


Nuestro último Blanco y Negro lo dedicamos a la llegada del cine mudo a la ciudad de Lorca. En esta ocasión, continuamos hablando del cine, exactamente de los primeros cines estables de nuestro municipio: el Teatro Guerra y el Salón Actualidades.

El Teatro Guerra tiene el mérito de ser el primer escenario de una función de cine en Lorca. La empresa familiar de Cartagena , los hermanos García –Rafael, Pedro y Juan García Moler- buscaron, sin duda, el mejor marco posible para dar a conocer su actividad. Además, este teatro era el único. No existía entonces en la ciudad ningún otro local o edificio que ofreciese a los primeros cinematógrafos un cobijo adecuado o suficiente para su público.

En el momento en el que se demostró que el nuevo invento no era lluvia de un día, los empresarios se animaron a buscar una instalación permanente que les permitiera mayor regularidad en sus beneficios.
El Teatro de Lorca, inaugurado en 1861, era el edificio social más conocido y representativo de la ciudad. Por este motivo, no es de extrañar que, aun sin poder determinar una fecha exacta, se convirtiera en el primer “cine” con que contó la ciudad. El hecho de exhibir películas se convirtió en un espectáculo más, que ayudara a cubrir el costoso mantenimiento de un edificio cada vez menos capacitado, por sí solo, para mantener su exclusividad y dependencia económica.

En estos primeros años, los empresarios del cine se contrataban pues, en el teatro como una actividad más, temporalmente limitada y por un número determinado de representaciones. La primera referencia ajustada que tenemos para la exhibición de películas en el escenario del Guerra, excepción hecha, claro está, por los hermanos García en el año 1906.

En 1908, la propia compañía de electricidad de Lorca Loresmar se anima a arrendar el Teatro Guerra para una programación que combina espectáculos de varietes y sesiones de cinematógrafo. Este fue el momento para introducir la electricidad en el edificio. La energía eléctrica empezó a instalarse en Lorca en el año 1900, de una forma lenta y deficiente, con la colocación del alumbrado público. En esta época eran muy pocos los locales y edificios que se encontraban conectados a esta red y si el Teatro Guerra era uno de ellos, las condiciones para la instalación de un cinematógrafo de forma permanente serian aun más atractivas. Hasta el momento los cinematógrafos ambulantes debían de cargar con la correspondiente dinamo productora de energía.

Al parecer, poco éxito pudo tener la compañía eléctrica con la explotación del teatro, cuando en 1910 el edificios tiene un nuevo arrendatario, don L. Carrasco. Desafortunadamente Carrasco fue el único empresario de la historia de la exhibición del cine en la ciudad que tuvo que hacer frente a una de las lacras con las que ha tenido que luchar el oficio durante, sobre todo, su primer cuarto de siglo de existencia: el fuego. El material altamente inflamable de que estaban hechas las cintas de película y la fuente de luz utilizada para proyectar –un arco voltaico obtenido entre carbones incandescentes-hicieron de las llamas un elemento habitual en los cines. En esta ocasión, los daños no causaron graves perdidas en el edificio y, aunque hubo numerosos contusionados, no se produjeron víctimas mortales.

Dos años antes del incendio, se produce un acontecimiento importantísimo para la historia del cine en Lorca. En la primavera de 1908, abre sus puertas al público el Salón Actualidades, en la calle Rebolloso. El titular y empresario de esta sala es Ramón Martínez Ortigoza, ayudado por sus hijos Francisco y Bienvenido Martínez. El empresario poseía la administración del Monopolio de Cerillas y propietario de un local donde se jugaba a la lotería con cartones. Podríamos considerarlo como el primer empresario de cine que tuvo la ciudad de Lorca. El mismo, y posteriormente sus hijos, dirigiría los primeros quince años del recorrido que habría de tener el cine en la ciudad del Sol.

El Salón Actualidades surgió, desde el primer día con la intención de tener una programación mayoritariamente cinematográfica. Para tal efecto su propietario intento registrarlo comercialmente como “Cinematógrafo”, pero en aquel instante lo existía ese número de epígrafe para asignarle y el Actualidades quedó registrado tan sólo con el nombre de su nueva actividad.
Este nuevo “cine” era un edificio cerrado de obra, seguramente con techo de lona, que obligaba a suspender las obras cuando llovía con intensidad, un patio de acceso descubierto y una sala interior dispuesta de igual forma que la del Teatro Guerra. Tenía 11 plateas distribuidas en los laterales, 288 butacas de patio, 60 localidades en el anfiteatro –donde se ubicaba la cabina de proyección- y 200 en paraíso. Al fondo, sobre un escenario abierto, se colocaba la pantalla. A lo largo de sus 30 años de vida, el Salón fue recibiendo mejoras de forma progresiva. Los hermanos Francisco y Bienvenido Martínez, en el año 1916, controlaban el monopolio de la exhibición cinematográfica en Lorca, arrendando su local y el Teatro Guerra.

En 1912 se proyectaron películas como Excursión por el Valle de Chereuse, Primera Corrida de Toros de Feria, celebrada en Valencia o El Club de los Elegantes –en 2 partes-. Mientras que en 1916 llegaban películas en 5 partes como El detective Graigs, o en 6 partes como la Moneda Rota. En este mismo año en Actualidades los lorquinos pudieron disfrutar de la película sobre la vida de Jesucristo “Chistus” –la única aprobada y recomendada por la autoridad eclesiástica pontificada o la película Revista Pathé, con los últimos acontecimientos ocurridos en la guerra europea.

Entre 1920 y 1930 fueron los años de las series, películas de enorme metraje que se dividían en numerosos episodios, como por ejemplo, El disco en llamas, en 18 episodios, Berlín contra Nueva York, también en 18 episodios, La Aventurera de Montecarlo, 17 episodios o El Misterio de los seis naipes, 18 episodios.

Sin duda, durante estos años la afición cinematográfica en Lorca durante esta época fue de gran importancia. Un crecimiento que se vió afectado por la Guerra Civil, una época de la que continuaremos hablando en nuestro próximo blanco y negro.

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