El ocaso del campo

Dicen que hay que renovarse o morir y parecer ser que esta es la única salida que le está quedando a Águilas.
Los pilares tradicionales de la localidad se desmoronan por momentos. ¿El último? el sector de los cítricos, que a pesar de no ser mayoritario en el municipio es una gota más en el vaso que está a punto de colmarse.

Las naranjas y limones se quedan colgados de sus respectivos árboles a la espera de que alguien pase a recogerlos, algo que hoy por hoy no va a ocurrir, puesto que no sale, ni de lejos, rentable.

Y es que, a la falta de agua ahora se le une la falta de apoyo de la administración así como de los comercios a los citricultores, algo que ya se reclama desde Coag.
Aguilas ha sido desde siempre un municipio que ha vivido tanto del mar como del campo, ¿no se merece entonces el sector el apoyo y la ayuda de la sociedad?.

Así, la administración debería vigilar mejor la entrada de productos de terceros países y, los comercios, por su parte, considerar los precios de los cítricos para que sean más asequibles y producir así un aumento de demanda, ya que la situación actual está conduciendo hacia la desaparición de nuestro mercado con lo que eso conlleva, trabajadores que toda la vida han estado dedicados de sol a sol al campo se quedan en la calle sin saber a dónde a dirigirse o qué hacer.

¿Qué futuro le espera entonces al campo y al agricultor, o al citricultor?

Si realmente el destino de este sector es desaparecer como ya muchos vaticinan, ¿no es este el momento adecuado para que las Instituciones desarrollen otras alternativas que garanticen un futuro digno a una ciudad como Águilas de sus características agrícolas y costeras?. ¿Quizá podría ser el turismo de calidad?. Manos a la obra.

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