Una batalla a “cascaronazos”

Doña Cuaresma y Don Carnal Infantil se han enzarzado en un combate dialéctico

Los personajes infantiles desde el balcón del Ayuntamiento

Sus armas: las palabras y miles de “cascarones” saltando de un lado a otro del “campo de batalla”. Así se desarrollaba un año más la noche del viernes la popular Batalla Infantil, librada en esta ocasión por los niños Laura Quiñonero de la peña “La Ilusión” y Juan David Sánchez de “Nuevo Ritmo”, encargados de representar a Doña Cuaresma y Don Carnal, respectivamente.

Antes de dar comienzo la dura lucha dialéctica en la que el pequeño Don Carnal invitó a todos los niños a vivir la diversión y entregarse al Carnaval, mientras que la joven Cuaresma intentó disuadirles de “semejante” acción.

También hizo su aparición ante el escenario situado frente al Ayuntamiento la Musa Infantil 2008, María Piñero de la Peña Ipanema, quien acompañada del presidente de la Federación de Peñas, José Alonso, y del primer edil aguileño, Juan Ramírez, subió al balcón consistorial para desde allí ser testigo de la contienda.

Una vez finalizada la dura lucha, los combatientes hicieron lo mismo y cuando todos los personajes se encontraban ya en la balustrada, comenzó la Musa a lanzar su particular “pregón”, coreada por sus compañeros y por lo miles de seguidores de ambos bandos, bajo las conocidas y habituales consignas de ¡arriba Don Carnal, a bajo la Cuaresma! o viceversa, según se tratase de unos u otros simpatizantes.

Cabe resaltar que las huestes de ambos personajes van en escalada año tras año, razón por la que el “campo de batalla” se convirtió en un hervidero de niños y también de personas mayores defendiendo sus posiciones a “cascaronazo limpio”.
Una noche, por tanto, de gran diversión para los pequeños carnavaleros de Águilas, cuyo espíritu de la fiesta se deja notar a grandes dosis.

Ellos, los más pequeños, fueron, sin duda, los protagonistas y los encargados de garantizar la continuidad del Carnaval, quienes lo mantienen vivo a lo largo del tiempo, sin dejar ni un solo eslabón suelto.

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