Águilas tendrá un ‘Pasaje de Las Mussonas’ para reconocer a este característico personaje del Carnaval

Se trata del pasaje que discurre paralelo junto al local de hostelería Muelle 12 y el mirador del castillo


El pleno del Ayuntamiento de Águilas decidió ayer nombrar como “Pasaje de Las Mussonas” al pasaje que discurre paralelo junto al local de hostelería Muelle 12 y el mirador del castillo.

En este 2023, ya son 23 Mussonas adultas y 13 infantiles las que han representado a este personaje tan característico y único en la historia de los carnavales. Así, se rotulará el citado pasaje como “Pasaje de Las Mussonas”, representando a todas las personas que han representado este personaje del Carnaval de Águilas.

Cabe destacar que todos los concejales votaron a favor de este nombramiento, a excepción de Vox, que decidió abstenerse.

Historia de la Mussona del Carnaval de Águilas
La Mussona es uno de los personajes que se representan en el Carnaval de Águilas, declarados de Interés Turístico Internacional, y una de las máscaras más antiguas de la Fiesta Grande de la localidad. Este tradicional personaje del Carnaval de Águilas es una figura ancestral, mitad humana y mitad animal, que simboliza la dualidad entre el ser civilizado y el ser más salvaje que toda persona lleva en su interior.

Según la bibliografía, la Mussona viene de un circo ambulante que pasó por la localidad a principios del siglo XX, donde llevaban un oso que despertaba de su letargo e iba asustando, un hecho que dejó muy asustada a la población. Fue a partir de ahí cuando se empezó a representar. Debido a las carencias económicas de aquella época, aprovechaban los restos de las fábricas de esparto que existían por aquellos años en Águilas para ataviarse con estopa, cubriendo todo el cuerpo, atándolo con cuerdas y pintándose la cara con tizne negro de las sartenes para que no se le conociese.

Durante las fiestas de Águilas, recorría las calles asustando a la gente. Para atraer a los niños y así poder asustarlos, la Mussona llevaba un alambre a modo de rabo en el que le colgaban churros. Así, los niños intentaban quitárselos.

Con la desaparición de las fábricas de esparto, este personaje cayó en el olvido, y es en el año 1999 cuando Lorenzo Antonio Hernández Pallarés, historiador aguileño, rescató este personaje para el carnaval moderno; y, con su trabajo junto a la Federación de Peñas del Carnaval de Águilas, instauraron un acto el jueves previo al domingo de carnaval que se denominó la ‘Suelta de la Mussona’.

El primer año de la Mussona se representó como lo hacían antiguamente, con estopas y cuerdas y la cara pintada de negro. Después, el personaje ha ido evolucionando y cada persona que ha representado a la Mussona le ha puesto su toque personal, tanto a los trajes como al maquillaje de caracterización. A lo largo de estos años se ha utilizado para la elaboración de los trajes tanto estopa como esparto fresco, esparto picado y esparto elaborado, etc.

Las Mussonas recurren a los maestros esparteros de Águilas para que les realicen estos trabajos que posteriormente formarán parte de sus trajes. Además del esparto, suelen llevar materiales naturales, tanto del campo como del mar. Cada año escogen un animal, bestia o personaje mitológico en torno al cual se basa la representación de la Mussona.

Además, ayude a difundir la cultura del esparto, ya que algunas Mussonas incorporan a sus trajes de acompañantes piezas elaboradas de esparto, tratando así de enseñarlos para que no se pierdan nunca las raíces de la localidad aguileña.

El acto en sí de la ‘Suelta de la Mussona’ consiste en encerrar al personaje en las mazmorras del Castillo de San Juan de las Águilas y darle suelta para que baje hasta la Plaza de España, asustando a la gente. Antes de darle suelta, se reúnen todas las Mussonas de años anteriores y realizan el ‘ritual de la suelta’, en el que están el oficiante, el domador y la Mussona. En este ritual, el oficiante, que es el domador del año anterior, le cede el pandero del año anterior y se le impone el medallón a la nueva Mussona.

Cuando se termina el ritual, comienzan a sonar las caracolas, que gracias a las tradiciones se ha podido rescatar haciendo de nexo entre la tierra y el mar. La caracola se utilizaba antiguamente en vísperas de San Juan y San Pedro para encender las hogueras al unísono; además de avisar de peligros, bautizos, bodas, etc. Además, los pescadores la utilizaban en época de boira para guiarse por el mar.

La Mussona realiza la bajada la hace acompañada de su séquito, ataviada con vestimentas acordes a la Mussona mientras se hacen sonar las caracolas. La gente que allí se reúne para disfrutar de esta fiesta única en el mundo grita “Mussona na na, Mussona na na” para enfadarla. El personaje suele dar rienda suelta a la locura de la bestia subiéndose a rejas, contenedores, entrando a casas y tirando cosas por el balcón.

Cuando llega a la Plaza de España, la Mussona despliega toda la fuerza que le queda hasta caer rendida al domador. Posteriormente le acompañan todos los personajes del Carnaval de Águilas para realizar la invocación.

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