Los músicos de la Banda de Música de Águilas de los años 40/50

El pasado mes de febrero paseando con mi esposa por la playa de Águilas, tuvimos la suerte de encontrarnos con Pepe y Beatriz, dos antiguos amigos que no veíamos desde largo tiempo y que echábamos en falta. El encuentro resultó ser de gran satisfacción para ambos, por cuanto que la ocasión nos permitió recordar tiempos de nuestra lejana juventud, relacionados, tanto con la música, como con el teatro.
Conozco a Pepe desde mi adolescencia, cuando ambos acudíamos a la Academia de la Banda de Música de Águilas. Este encuentro ha traído a mi memoria las primeras clases de solfeo del Método Hilarión Eslava en clave de Sol y compás de compasillo, que a falta de director, porque todavía no se había incorporado el nuevo, D. Antonio Martínez Nevado, daba midiendo los compases y los tiempos, con los entonces encargados: Hilario Moreno, Pepe López y Pedro el Ribirí, entre otros. Sirva este afectuoso recuerdo de homenaje a su memoria. En cuanto a lo del teatro, por lo bien que cantaba en las funciones que participó en el de los aficionados de Águilas, merece ser recordada su esposa Beatriz Ramírez, que con su especial simpatía y su brillante voz, supo revolucionar a los jóvenes y menos jóvenes del pueblo, con su magistral interpretación de la bonita canción “La María Amparo”, que entonces estaba de moda.
En la memoria de los pueblos, el trabajo y el arte están por encima del tiempo, porque nos permiten conocer los méritos de las cualidades que desarrollamos cada uno a lo largo de la vida.
Es un hecho innegable, que por sus méritos y su capacidad, encuentran los individuos en la sociedad el lugar que los demás les reconocen. Ese mérito social que adquiere el hombre por su talento y comportamiento, eleva su popularidad entre los demás y refuerza su autoestima; la fuerza innata que le impulsa hacia la ejecución armónica de todas sus funciones y hacia su desarrollo intelectual. Estos méritos y bastantes más, son los atributos de este buen amigo, que con su constancia y su talento, supo dominar el arte de la música que ejecutaba a través del instrumento que siempre ha tocado,su “saxofón alto”, que le convirtieron en un excepcional músico, tanto en la banda, como en la orquesta. Pero sobre todo, lo mejor que hizo Pepe, fue encontrar a su esposa Beatriz:una mujer amante de la música y el teatro, capaz de formar a su lado, la honorable familia que los une. Pero, además de celebrar nuestro emocional encuentro, retomaremos nuestro tema para resaltar los recuerdos que nos unen, relacionados con los músicos de aquella Banda Municipal de Música de Águilas.
Aparte del valor formativo que posee la música, y de los efectos benéficos que ejerce sobre el espíritu de sus estudiosos; en las sociedades primitivas, la música formaba parte de las actividades comunitarias. Los asistentes eran casi todos partícipes, y las reglas de ejecución, estaban supeditadas a las circunstancias. Con el paso del tiempo, el público fue adquiriendo un comportamiento más pasivo debido a las innovaciones cada vez más elaboradas que iban introduciendo los músicos especializados. En tal situación, la música se fue volviendo compleja y terminó convirtiéndose en patrimonio de una minoría selecta, social y culturalmente. Los músicos fueron saliendo de su anonimato, y la forma en que dominaban su técnica les fue dando prestigio. La música, en la actualidad, está controlada por negociantes para quienes la música es, más que un arte, un bien de consumo como cualquier otro.
Los recuerdos que conservo en la memoria de aquella época, reconfortan mi estímulo y me ayudan a seguir viviendo ilusionado. El uniforme de pantalón azul marino y guerrera blanca de los músicos de aquella banda estaba gastado y fue sustituido por otro de color gris-claro con gorra de plato, que hizo “Juan bigote”, el sastre que tenía su sastrería frente a la Academia de Música. Salvo los jóvenes que aprendimos menos, los músicos de aquella banda eran de purra raza; maestros consolidados.(todos ellos brillantes alumnos del que fuera director y fundador de la primitiva Banda Municipal de Música de Águilas), D.Francisco Díaz Romero. En los ensayos, sin siquiera ver las partituras, las obras salían a primera vista. En la melodía, la intervención de los solistas, como Pepe López, Hilario Moreno,Juan García Céspedes,Pedro Campos y josé el Churubito (los clarinetes y requinto, Pepe Asensio y su padre(saxofones altos- el tenor lo tocaba el Segovia), Jesús Mula(la trompeta),Pepe el farmacéutico (la flauta) y Juanito (el flautín), Octavio(el Oboe), Paco Gallardo (el barítono);en la armonía, el contrapunto de los bombardinos lo ejecutaba Carlos Illán brillantemente, mientras yo le acompañaba como segundo; los que tocaban la trompa y los friscorneos; el impulso del metal con los trombones de Leandro, Lorenzo Asensio y el Dorrelá, alternaban el ritmo con el bajo de Pedro Mateo y otros; los redobles de Paco el Ribirí y Tomás Larios en la caja; el batir de los platillos del maestro Ontulio, y el golpe de bombo del tío Juan el Ribirí que daban fin llegando al calderón. Además del conocimiento de la música, en aquel conjunto de personas reinaba la buena amistad. A los jóvenes nos ayudaban y nos trataban con el respeto y afecto que corresponde a una gran familia. La gente del pueblo sentía afición por la música y acudía a los conciertos que se daban los días festivos y los domingos en la Glorieta. Estuvimos presentes en el homenaje que se dio al hijo predilecto de Águilas, D.Armando Muñoz Calero, alternando con la Banda de Infantería de Marina, que asistió al evento. Los veranos se hacían pasacalles por el pueblo y acudíamos a las corridas de toros que se daban en la plaza de madera que había donde ahora está la pista de baile. En los bailes que entonces se celebraban en los barrios para sacar a las “mises de las fiestas”,en casi todos, tocaba la pequeña orquesta formada por Pepe Asensio y otros músicos jóvenes de la banda. Por todo ello,considero que es mérito suficiente, para que los músicos de aquella antigua Banda Municipal de Música de Águilas, figuren en la historia de nuestro pueblo,como los clásicos aguileños.

Desde Alicante, a 8 de Marzo de 2015, para mi amigo “Pepe el músico” y su esposa Beatriz, y para todos mis paisanos y amigos de
Águilas.

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