La Mussona puso la carne de gallina a la entrada del Carnaval 2009

La popular Suelta de la Mussona daba un año más el pistoletazo de salida al Carnaval. Así, la noche del jueves miles de personas se pusieron en marcha para estrenar la fiesta al compás de su personaje más representativo: la bestia que desata los instintos, el animal que invita al goce de los sentidos. En esta edición fue Ángela Cegarra la encargada de meterse en la piel de la fiera, interpretando, con aspecto de raposa, la sutileza e inteligencia con que este animal se hace con sus presas.

La Mussona, encarnada en zorra ofreció su primer espectáculo, como viene siendo habitual, en la inmediaciones del Castillo de San Juan. Allí, pasadas las diez de la noche, su domador se batió en intentos de impedir la salida pueblo abajo del sinuoso animal, mientras su séquito coreaba animando la suelta con el conocido grito Mussonnan, Mussonnann!, y que la muchedumbre repetía al paso de su aparición y el inicio de las cabriolas que lo llevarían cuesta abajo hasta la Glorieta.

mussonaUna vez instalada en el escenario montado a las puertas del Ayuntamiento, la Mussona-zorrra tenía preparada una llamativa sorpresa para los cientos de espectadores que se agolpaban bajos las tablas: un gigantesco gallinero donde un grupo de ponedoras luchó encarnizadamente por salvar las plumas frente a su eterno enemigo. Seguidamente, Ángela fue un año más objeto de los rituales que la señalan como la fuerza oculta que vuelve a surgir de su tenebroso escondrijo para convocar los hechizos del Carnaval: nada es lo que parece y todo parece lo que no es. Una vez proclamada como Mussona y abiertas las puertas del Carnaval 2009, la fiera volvió a ser capturada por su domador y conducida de nuevo a su mazmorra, donde dormirá hasta la próxima edición de la fiesta.

Con el antecedente histórico de una vulgar máscara, cuyo disfraz se componía únicamente de esparto y burdas telas, el personaje de la Mussona ha ido evolucionando al paso de algo más de una década hasta convertirse en una vistosa y espectacular mascarada que cuenta año tras año con más seguidores. Incluso ha ido adquiriendo estilo propio transformando su aspecto original, basado como su atávico antecesor en humilde esparto sobre un maquillaje más bien simple, en sucesivos y salvajes animales, con cuidados diseños y perfectas caracterizaciones. Desde un fiero oso, hasta un voraz tiburón, pasando por un dragón o un puerco espín.

Con todo, la Mussona se conforma como una de las figuras más arraigadas a la historia del Carnaval aguileño y como un personaje clave en el mismo hasta el estallido de la Guerra Civil. Pero, sobre todo, se trata de una auténtica pervivencia antropológica que evidencia las antigüedad de la fiesta local, ya que no se han encontrado referencias documentales de este personaje en otros carnavales o fiestas populares de España, aunque sí existen alusiones a personajes similares en ciertas zonas de Sudamérica, Europa y el mundo eslavo.

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