Águilas recuerda a Salvador Jiménez, hijo adoptivo de la ciudad, en el XI aniversario de su fallecimiento

Las concejalías de Educación y Cultura, con la colaboración del escritor aguileño Francisco José Montalbán, han dirigido varios textos de Jiménez a los colegios del municipio, para que sean leídos en clase
El pasado domingo, 17 de febrero, se conmemoró el XI aniversario del fallecimiento del escritor, poeta, periodista e hijo adoptivo de Águilas, Salvador Jiménez. Por tal motivo, esta semana, las concejalías de Educación y Cultura del Ayuntamiento de Águilas, en colaboración con el escritor aguileño Francisco José Montalbán, han dirigido varios textos de Jiménez a los colegios del municipio, para que sean leídos en clase.
El documento, que ha sido remitido a los departamentos de lengua y literatura, propone a los profesores de todos los niveles que los alumnos puedan recitar poesías y textos en prosa del autor, que sirvan a modo de recordatorio, para no olvidar la figura de este ilustre personaje que llevó siempre el buen nombre de Águilas.
Uno de los escritos enviados a los centros educativos de la localidad es «Águilas, azul y blanca», que reza lo siguiente:
La Glorieta es el ágora del pueblo, donde todo el mundo se encuentra. En ella tienen su sede tres instituciones de heredada y poderosa influencia: la Iglesia, la Banca y la Política, residenciada en el Ayuntamiento. Menudean las bodas populares en la iglesia de San José, de porte neoclásico, alegrada con las vidrieras que trazó el pintor Manuel Coronado. La venerada imagen de la Virgen de los Dolores, talla de Roque López, aventajado discípulo de Salzillo, es la patrona del pueblo que congrega la devoción fervorosa de los aguileños. La Banca, aparte otras cuentas, tiene en su Debe un lamentable ejemplo de agresivo diseño ornamental. El Ayuntamiento conserva buena tracería de sabor neomudéjar y ventanas coronadas por arcos de herradura.