La Virgen de los Dolores celebra su festividad junto a miles de aguileños

La celebración del Viernes de Dolores marcaba ayer el verdadero inicio de la Semana Santa de Águilas; una jornada en la que religiosidad, arte y cultura se aunaron con el sentimiento de todo un municipio que esperaba el momento en el que las puertas de la parroquia de San José se abriesen para ver salir a su Patrona, la imagen titular de la Venerada e Ilustre Cofradía y Hermandad de Nuestra Señora la Virgen de los Dolores, conocida entre los aguileños como el Paso Azul. Se trata de una de las cofradías más antiguas de Águilas, estimándose según historiadores que se constituye entre 1810 y 1925.
En la actualidad la Cofradía cuenta con más de quinientos cofrades, teniendo agrupación musical propia y contando con ciento treinta costaleros que portan a hombros a la imagen de la Dolorosa en todas sus salidas. En los últimos años la Cofradía ha renovado todos sus enseres y tronos, además de haber adquirido un nuevo local, el cual fue inaugurado y bendecido el día 25 de septiembre de 2005, siendo ahora la sede de la Cofradía en la calle Salitre nº 5.
La jornada festiva llegaba, como marca la tradición, precedida por la serenata que, como cada año, ofrecía la banda titular del Patronato Musical Aguileño Francisco Díaz Romero a la Dolorosa y que culminó con el himno de la ciudad “Águilas, paraíso del Mediterráneo” y una emocionante recogida de la Virgen entre los aplausos de todo un pueblo. El pregonero, Juanjo Berenguer, acompañó con su voz a los músicos del Patronato. Pero antes se llevó a cabo el pregón, que cambia de fecha y ya deja de realizarse el viernes. En el mismo, Emilio Andrés Sánchez, Rector de la Basílica de Caravaca, hizo alusiones de su paso por la Parroquia de Camen de Àguilas y recitó poemas de Miguel Hernández y Santa Teresa de Jesús, conformando un precioso discurso bajo la mirada de la Virgen que gustó mucho a los asistentes.

OFRENDA FLORAL
A la mañana siguiente, la jornada conocida como Viernes de Dolores daba comienzo con una solemne misa. A su término, llegaba el momento más colorista de la jornada: la ofrenda floral, en la que miles de aguileños, ataviados con trajes huertanos, honraban con flores a su Patrona; un gesto que era acompañado por la actuación de la asociación de Amigos de las Tradiciones.

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