Cuando un bebé llora es que algo le pasa. Los padres sabe que esto es así,pero los padres primerizos suelen angustiarse y no siempre hay motivos. Los bebés no vienen al mundo ni con un pan, ni con un manual bajo el brazo, pero sí podemos ir descartando causas de su llanto. Las más frecuentes son:
1. Tiene sed o hambre, asunto que tiene fácil solución.
2. Tiene excesivo frío o calor, lo que podemos saber tocando su nuca.
3. Encuentra incómoda la cuna o la ropa (que puede producirle alergia al igual que el chupete).
4. Se ha hecho pis o caca, lo que se soluciona cambiando el pañal.
5. No consigue conciliar el sueño.Es conveniente marcarles una rutina desde que nacen.
6. Tiene gases; para evitarlos podemos darle masajes en la barriguita y hacer “la bicicleta” con sus piernas.
7. Tiene dolor de oídos, lo que se detecta si se toca o se queja al ponerlo sobre ese oído.
Hasta aquí se puede solucinar en casa, pero hay que acudir al médico si tiene fiebre por alguna infección bacteriana, vírica o fúngica, o tiene cualquier otra enfermedad. Si no hemos encontrado nada que pueda justificar el llanto, podemos pensar en el llamado“cólico del lactante”, que merece un artículo el próximo mes.