El tupper sex llega a Águilas

Todo comenzó con Tupperware. La marca de recipientes fue pionera no sólo en sus envases, únicos en su día, sino también en su forma de promocionarlos: reuniones en casa de mujeres.Esta modalidad de venta a domicilio se extendió a otro tipo de productos, que en tiempos no tan lejanos eran exclusividad de la grey femenina: cosméticos, cacerolas…

Pero las chicas han evolucionado, y con ellas el carácter de estas reuniones de promoción comercial.
Hoy en día, lo que se lleva son los juguetes sexuales que estan desatando el “furor uterino”por las Águilas y sus pedanías.
La Actualidad se ha colado en una de estas reuniones, donde la vendedora se presenta con un juguetito de forma fálica en la mano. Lo llama Gus, con G, no de Gustavo, sino de Gustito. La comercial, llegada desde Alicante, opina que ningún marido puede competir con el movimiento del pene de goma y que hay que perderle el miedo, el respeto y el pudor a estos artilugios.
También lo llama el «kit de los maridos torpes», incapaces de dar placer a su pareja, aunque también aclara que hay que hacer entender al marido en cuestión que es para ayudar, no para competir, explicación que satisface a una compradora talludita, que frisando los sesenta, arrastra dos fracasos matrimoniales y, ni corta ni perezosa, planea apuntarse al próximo encuentro previsto para este fin de semana. Mientras que en una sola sesión la avispada vendedora despacha artículos por valor de 1.000 euros.

Líderes en ventas
Las vendedoras llevan un ámplio muestrario de juguetes eróticos. Además, asesoran e informan sobre cada uno de los artículos, que las clientas pueden tocar, oler y ver como funcionan, e intentan resolver todas las dudas, explicaciones que aderezan con curiosidades y anécdotas. Los artilugios más vendidos en Águilas y pesadías son: Los dildos o consoladores, juguetes sin vibración diseñados para la penetración. Los hay de silicona, látex, metal, cristal e incluso jade, (éste último a un precio prohibitivo). Las bolas chinas, bolitas bastante ligeras que se introducen en la vagina o en el ano y están diseñadas para deslizarse suavemente dentro del cuerpo. Y también arrasan las películas porno, hechas por y para mujeres.