El Paso Morado levanta hoy la pasión el Miércoles Santo

A las 17:30 horas, presentación de las Agrupaciones Musicales y Bandas de Música en la Plaza Cura Valera.A las 19:30 horas, traslado del Stmo. Cristo de la Misericordia (Desde la Capilla de la Residencia de Ancianos “Virgen del Río” hasta el Templo Parroquial. A las 20:30 horas, bendición de costaleros en la Iglesia Parroquial. A las 21-,00 horas, Solemne Procesión de la Hermandad por el recorrido tradicional

La tarde del Miércoles Santo es el día del Paso Morado, arrancando con la presentación de bandas. En este acto, mezcla de pasacalles y concierto, la emoción contenida durante todo un año por los cofrades morados se desata, alcanzando su punto álgido cuando comienzan a sonar las primeras notas de Banderas moradas, que compusiera el genial Martín Alonso. Avanza la tarde y llega el momento de que el Cristo de la Misericordia vuelva a su casa. Entre un mar de capas rojas y blancas y a los sones marciales de las cornetas y los tambores de la nuba del grupo de Regulares, Cristo Crucificado avanza por las calles hasta la Iglesia Parroquial, que cerrará tras Él sus puertas hasta la salida de la Cofradía.
Cae la noche, y con ella llega el momento de la salida procesional. Tras la emotiva bendición de costaleros y horquilleros, los aromas a cera, flores e incienso colman el ambiente, hasta que se hace el silencio y se abren las puertas del templo. Suena la marcha real. La Cruz de Guía sale a la calle, y con ella el Paso Morado comienza su salida procesional.Los distintos grupos de nazarenos van abandonando las naves de la iglesia, y poco a poco, el trono de Ntro. Padre Jesús se acerca a la puerta. Se hace el silencio, suena una campana, el capataz da las últimas indicaciones a los horquilleros y en mitad de una clamorosa ovación, la imagen del Nazareno huercalense sale nuevamente a la calle.
Le siguen los nazarenos azules que anuncian la proximidad de la Virgen de la Amargura. Su llegada no se hace esperar y gracias al incomparable esfuerzo de sus costaleros, la Virgen vuelve a posar sus ojos en el cielo huercalense desde el que cae una lluvia de pétalos para darle la bienvenida a su pueblo.
Mientras Ntra. Sra. de la Amargura se aleja calle abajo, en la puerta de la parroquia, el azul de la Madre Dolorosa se sustituye por el rojo de la Misericordia del Hijo. Sale el Cristo de la Misericordia, recordando al pueblo de Huércal-Overa, con su cuerpo muerto clavado en la Cruz.
Y, finalmente, el morado Nazareno, el azul de Amargura y el rojo pasionista dan paso a un verde Esperanza. Poco a poco, sobre los pies, casi sin que se muevan las bambalinas, la Virgen de la Esperanza se acerca al dintel de la puerta. Silencio y golpes de llamador, los costaleros se arrodillan para que el palio que cobija a la Madre de Dios pueda atravesar la puerta y llevar Esperanza a todos aquellos que la aguardan. La emoción se desata cuando los candelabros de cola atraviesan el pórtico y la Virgen de la Esperanza se une a los otros tres titulares en la estación de penitencia.
Paso a paso, chicotá a chicotá, la cofradía avanza por las calles huercalenses, para llegar, tras el saludo a la Virgen de las Angustias en la Ermita de San Juan, nuevamente a la Iglesia Parroquial. Poco a poco, los nazarenos van entrando en el templo, hasta que la imagen de Ntro. Padre Jesús llega junto al mismo.
Allí permanecerá hasta la llegada de los otros tres titulares y a medida que estos vayan llegando, se producirá un emotivo encuentro con las dos Dolorosas de la Hermandad. Finalmente, una vez que el palio verde de la Virgen de la Esperanza haya cruzado la puerta, el Señor volverá de nuevo el rostro hacia su pueblo, antes de regresar, una vez más y como cada año, al templo parroquial.

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