Águilas celebra su XXIII Romería
Un año más, la Romería Rociera volvía a centrar la atención local del municipio el pasado fin de semana.
Tras las lluvias acontecidas a lo largo de la reciente Semana Santa, muchas eran las dudas que asaltaban a los romeros en base a si este año, al igual que el anterior, el cielo les daría un respiro para llevar a buen puerto el camino. Finalmente, la jornada del sábado dejó algo de lluvia, pero no impidió que Águilas se llenara de bulerías y sevillanas para festejar la “XXIII Romería Rociera”. El sábado, hacia las 10:00 h. de la mañana, los primeros compases del Rocío paseaban por las calles de Águilas, dándose por iniciado el festejo con el oficio en la parroquia de San José, de una Misa de Romeros cantada por el Coro Rociero de Águilas y oficiada por el sacerdote Juan Francisco Ortega.
Una vez finalizada la liturgia religiosa se procedió a la entronizacióndel Simpecao en el templete de la carreta y la comitiva partió en procesión hasta la Plaza del Rocío, donde tuvo lugar la concentración de decenas de carretas y cientos de romeros que, ataviados con trajes del camino, esperaban emocionados la salida que les llevaría al Molino del Saltaor.
La primera parada se efectuaba en la playa de La Colonia, punto en el que la Asociación de Amigos del Caballo la hacía una ofrenda a la “Blanca Paloma”, cubriéndola con miles de pétalos de rosas y ramas de romero que más tarde adornarían los bastones que sirven de apoyo durante el duro camino.
A la hora del Ángelus, es decir, hacia las doce del mediodía, los romeros hacían una parada en el Cuartel de la Guardia Civil para realizar una emotiva ofrenda de flores a la Virgen del Pilar, patrona de este cuerpo.
Y así continuaron su jornada de camino al Molino del Saltaor, entre bailes, cantes y alegrías, haciendo paradas para recrearse en esta peregrinación que la que solo pueden disfrutar una vez al año.
Desde que los rocieros llegaron a buen puerto, sobre las 18:00 horas del sábado, el Molino del Saltaor estuvo repleto de arte y fervor.
Alrededor de las 18:00 horas del domingo se inciaba la vuelta a casa. Los romeros se encontraron con bastante agua en el camino pero eso no impidió que continuaran con su itinerario junto a la carreta que portaba el Simpecao , hasta llegar a la puerta de la Iglesia de San José, donde volvieron a cantarle a la Virgen del Rocío.