Un chino en China

Posiblemente a los que estén pendientes de la cosa del deporte no les extrañará, pero a los que estamos bastante alejados de los deportes que no precisan de un motor de cuatro tiempos, sí que nos chocan noticias como la de que los representantes españoles en las próximas Olimpiadas de China en el noble y esforzado deporte del tenis de mesa (el ping-pong de toda la vida del señor) son: chinos. La cuestión nacionalista sale a relucir y uno piensa si es que no tenemos jugadores españoles auténticos y genuinos o si es más rentable mandar a dos profesionales para que jueguen para nosotros, pero en su casa.

El tal Zhu Wang y el tal He Zhi Wen van a jugar con la camiseta española contra gente de medio mundo, especialmente contra compatriotas, chinos auténticos, para ganar medallas en su país y traérnoslas a nosotros, que les acogemos con todo cariño.
Lo bueno va a ser escucharles cantar el himno. Berlanga, vuelve !!!!!!

No contentos con eso, el entrenador se llama Zhan Dongping ( cuyo nombre, sin duda , le marcó para este juego ). El caso es que debe haber una predisposición de ciertas características faciales para jugar al ping-pong. Eso de tener los ojos rasgados debe dar como resultado una visibilidad que capte la mesa verde de un modo superior a los demás humanos. De hecho, tengo un amigo que juega estupendamente al ping-pong y, sorpréndanse ustedes , tiene los ojos rasgados al estilo de Shangai. Se llama Luis y es un Caballero.

No sé si las autoridades deportivas españolas han valorado el recuerdo del tal Juanito, el alemán aquel que nos dejó en ridículo en unas Olimpiadas de invierno hace unos años por meterse algo más que salchichas para ponerse a tono, el cabrito aquel del que nunca más se supo. Hay veces que es más que necesario controlar según qué importaciones.

Pero abundando en ello y sin dejar de ser profano, me dicen que tenemos una nadadora rusa, la conocida Nina Zhivanevskaya y una corredora cubana o guineana. Es lo que pasa con los países que hemos sido colonizadores. Tenemos más de veinte mil jugadores federados de ping-pong en España y para defendernos en China mandamos a tres chinos. Bueno, también para defendernos en Eurovisión mandamos a un payaso. Todo concuerda.

Tanto como que la señora Aguirre ponga una escuela de catalán para toda la comunidad de Madrid y se le apuntan once niños. Una muestra más de cómo ser cínico e intentar no parecerlo. La rubia. Más disgustos le dará a Rajoy, y los veremos. Con estos ojos.

Otra historia inconcebible para nosotros: lo que ha pasado en un pueblo de Austria con un padre hijoputa y su hija puteada. Seamos sinceros, eso aquí no pasaría. En un pueblo español intenta algo así un degenerado con pinta de jubilado comedor de salchichas y las vecinas lo calan. No sé qué ni cómo, pero seguro detectan algún indicio y semejante cabrón no se les despinta. Buenas son las marujas. Que en situaciones como ésta, habría mucho que agradecerles hasta ponerlas en un altar. Del mismo que habría que bajar a pescozones a la señora del austriaco, que menuda pava debe ser.

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