Robert Prevost, el nuevo papa León XIV: agustino, misionero y de corte reformista

Robert Prevost (Chicago, 1955) es el nuevo Papa. Es estadounidense nacionalizado peruano, y es en Latinoamérica, donde se curtió como pastor. Su elección puede interpretarse como un puente entre culturas, visiones eclesiásticas y continentes.

Su camino comenzó su camino en 1977, cuando ingresó en el noviciado de la Orden de San Agustín , y emitió sus votos solemnes en 1981. Se formó en teología en la Catholic Theological Union de su ciudad natal y luego fue enviado a Roma, donde estudió Derecho Canónico en la Pontificia Universidad San Tommaso d’Aquino donde se licenció y luego doctoró.

Llegó por primera vez a Perú en 1985, como parte de una misión de la Orden de San Agustín. Tres años después, se instaló en Trujillo, donde dirigió el seminario y ocupó cargos como vicario judicial y maestro de profesos. Su vínculo con la formación del clero fue constante durante diez años.

En 2014, fue nombrado administrador apostólico de la diócesis de Chiclayo, y luego obispo, naturalizándose ciudadano peruano en 2015 para cumplir con las exigencias del concordato con la Santa Sede.

Entre 2018 y 2023, fue vicepresidente segundo de la Conferencia Episcopal Peruana, mientras que en paralelo, asumió la administración apostólica del Callao (2020-2021). Estas funciones lo convirtieron en una figura de consenso entre el episcopado peruano.

Su cercanía con Francisco, a quien conoció en Buenos Aires, fue determinante. En 2019 y 2020, fue convocado a Roma como miembro de la Congregación para el Clero y la Congregación para los Obispos, respectivamente. En 2023, fue designado prefecto del poderoso Dicasterio para los Obispos, desde donde coordinó el nombramiento de jerarcas en todo el mundo. También presidió la Pontificia Comisión para América Latina y participó en siete dicasterios más, además de la Comisión para el Gobierno del Estado Vaticano.

Cercano a Francisco, León XIV defiende la formación ecológica dentro del clero y la acción ante la crisis ambiental (Foto: Vatican News)

Obispo en Perú

Prevost pasó 18 años en Perú (1985-2003), dirigiendo seminarios, formando sacerdotes y trabajando en barrios marginados de Trujillo y, sobre todo, como obispo de Chiclayo. Este bagaje le permite articular el diálogo Norte-Sur, vital para una Iglesia que Francisco quiso desoccidentalizar. Su conocimiento de realidades como la migración masiva o la pobreza estructural lo acerca al “olor de las ovejas” bergogliano.

Como prefecto del Dicasterio para los Obispos desde 2023, Prevost controla el “termómetro” del cambio eclesial: selecciona obispos según criterios de sinodalidad, misericordia y opción por los pobres, alineados con el magisterio de Francisco. Su designación en este cargo clave fue interpretada como un espaldarazo del Papa a su perfil reformista.

Su paso por la Curia General agustina (2001-2013), donde dirigió una orden global con presencia en 50 países, le otorga habilidad para navegar entre tradición y reforma. Este equilibrio es crucial para mantener unida a una Iglesia fracturada entre “rigoristas” y “pastorales”.

Como obispo de Chiclayo (2015-2023), priorizó visitas a comunidades rurales y programas contra la desnutrición infantil, reflejando la “Iglesia en salida” franciscana. Su trabajo en la Conferencia Episcopal Peruana (2018-2023) como vicepresidente demostró capacidad para construir consensos en entornos plurales.

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