Artículo de Opinión: «¿Competiciones infantiles o combates de padres?»

03-01
Autora: Isabel María Pérez Salas.
https://elblogdeisaperez.blogspot.com.es

Siempre hemos pensado y creído que todo lo que rodea el mundo del deporte es sano, bueno, aporta valores fundamentales a nuestros hijos y les hace ser mejores personas al estar integrados en un mundo donde la competencia es buena y el nivel de responsabilidad que alcanzan les ayuda a afrontar la vida adulta con la mente abierta, teniendo claras sus metas y cómo conseguirlas de manera limpia y sin ofender o pisar a nadie. ¿Estáis de acuerdo?

Bien, pues últimamente me estoy encontrando con episodios cada vez más insanos, irresponsables y grotescos. En el mundo deportivo donde yo me suelo mover, el del basket, están ocurriendo cosas que nunca pensé que vería. Y lo peor del caso (digo lo peor, aunque debería usar algún calificativo más fuerte) es que somos los padres en las gradas quienes encendemos la mecha que acaba explotando en las canchas, quienes les damos a nuestros hijos el permiso para ofrecer un espectáculo deplorable.

Hace ya algunas semanas que empecé a plantearme si los padres deberíamos dejar de asistir como público a los partidos de nuestros hijos, dado el nivel de histerismo que estamos alcanzando en las gradas. Imagino que muchos pensaréis que soy una exagerada, pero es que conforme van creciendo y jugando en categorías más adultas, mayor es el estado de competencia que viven los padres. Y yo pienso: “Si somos nosotros, adultos, quienes en partidos de ligas infantiles insultamos a los árbitros, echamos miradas incendiarias a los padres del equipo rival…; si cuando nos visitan en nuestro pabellón les hacemos sentir que no van a salir de allí de una pieza, si damos a voz en grito instrucciones de combate a nuestros hijos para que machaquen al rival, ¿a dónde vamos a ir a parar?”.

Y todo esto en baloncesto. No hablemos de lo que estamos dejando que ocurra últimamente en el mundo del fútbol infantil, donde hace unos meses, algunos de los papás de los nenes que jugaban dieron una paliza al árbitro que pitó un encuentro de una liga escolar que no tenía más de 16 años. PATÉTICO, PENOSO Y DEPLORABLE.

Entiendo que hay partidos en los que no puedes estar en silencio porque el propio ritmo del encuentro te va animando, y yo me animo sola, debo reconocerlo, me encanta el baloncesto y no lo puedo remediar. Pero, una cosa es animar a los niños o mayores que juegan o decirle al árbitro que es muy malo porque ha pitado lo que se le ha ocurrido, y otra muy distinta es jalear el ambiente hasta el punto de notar cómo la violencia se va materializando a tu alrededor. Si seguimos así, lo único que vamos a conseguir es que se nos prohíba a los padres asistir a los partidos de nuestros hijos, ya lo veréis… Y, sinceramente, sería una pena.

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