Está muy feo robar

En toda España diluviando y aquí tan sequitos como siempre. Vaya semana de Mayo. Que siempre llueve donde menos falta hace, que los pantanos de la mitad para arriba de España están casi llenos. Y el Cenajo llampando, como decimos los castizos.

Y es que la frase: “nunca llueve a gusto de todos“ es bastante aproximada a la realidad. Por ejemplo, un contrasentido más como muestra: resulta que por la ruta que siguen las pateras, las que salen de Marruecos para llegar a las costas andaluzas con la idea de sus pasajeros de empezar una nueva vida, de trabajo sí, pero recompensado.

Pues, a lo que íbamos, esa ruta está plagada de tesoros, sólo que más abajo, en el fondo de ese mar entre Atlántico y Mediterráneo que ha sido testigo de tantas batallas de avaricia, entre ingleses y españoles, entre españoles y moros, entre piratas de ambos orígenes.

Además de los muchos naufragios involuntarios que se han producido por un cambio brusco de mareas entre el océano y el mar, de malos vientos o del mal gobierno de un navío. El caso es que bajo las aguas que hay frente a Cádiz, Tánger, Málaga,Tetuán, Almería, incluso Murcia permanecen decenas de tesoros, unas veces arqueológicos, otras veces en monedas contantes y, aún, sonantes.

Y los de la patera sin saberlo. O sin pulmones suficientes para bajar a buscarlos.
Es cierto que aquí valoramos tanto los hallazgos de ánforas de tosca cerámica del siglo I como un cofre de fino oro trabajado peruano del siglo XV. Pero hay quien no lo valora igual. Por ejemplo los piratas de la actualidad, los norteamericanos huérfanos de historia propia y que están acostumbrados a comprarla o a robarla directamente. Los muy envidiosos…… El caso es que ellos tienen un cacharro submarino que es capaz de encontrar cofres con monedas (pertinentemente robadas por los españoles en sus colonias a partir de 1492) y que después de un largo viaje, se les fueron a hundir justo frente al puerto de llegada. Manda coj…. , o la mala suerte o ese capitán tan malo.

Que ¿ por qué motivo les dejamos que se lleven esos tesoros ?, pues quizá porque a nosotros nos sobran, o porque nos da lástima que esos niños ricos no tengan más historia que dos o tres tristes siglos, o porque no nos gastamos en material tanto como ellos, dejamos que ellos lo busquen, lo encuentren y arramblen. Y entonces empezamos a quejarnos diplomáticamente. Unos quijotes es lo que somos todavía. “Por favor ¿me devuelve vd. , si no es molestia, los cien cofres de monedas de oro que ha robado en la bahía de Algeciras?, que es recuerdo de familia, ya sabe, una cuestión moral……”

Joder, si encima tenemos el personal, que la guardia civil para una patera en medio del estrecho y reparte gafas de bucear y aletas y les dice a esos pobres: ¡vamos a medias, compañero!, y somos capaces a forrarnos. Ellos y nosotros.

Hay una preciosa bahía natural en la costa caribeña de Panamá que se llama Portobelo. Allí también se han ensañado los norteamericanos con los restos de galeones españoles que se juntaban allí para hacer flota y salir más seguros para España, pero a la salida les solía esperar el puto pirata inglés Drake, se peleaban y se hundían. Y así un montón de veces. El caso es que la bocana de aquella bahía está más llena de joyas y monedas, cerámica y reliquias mesoamericanas que la de Cádiz. Pero otros han llegado antes que los panameños, o que los españoles si pudieran demostrar que las matrículas de los barcos son andaluzas.

En fín, hay que aliviar el disgusto . Este domingo hay que votar. Es un deber pero sobre todo un derecho. Y sólo nos dejan una vez cada cuatro años. No lo desperdiciéis.

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