El Congreso aprueba la Ley de amnistía definitivamente, quedando ya en manos de los jueces

Ha contado con 177 votos a favor y 172 en contra. El PSOE y sus aliados necesitaban mayoría absoluta en el Congreso para levantar el veto del Senado

AGENCIAS

El Congreso ha aprobado este jueves, con 177 votos a favor y 172 en contra, la proposición de ley de amnistía para la normalización institucional, política y social en Cataluña, una iniciativa pactada por el PSOE con Junts y ERC y que permitió hace seis meses la investidura de Pedro Sánchez.

En un día calificado de «histórico» por las fuerzas políticas independentistas y de izquierdas, solo el PP, Vox y UPN se han opuesto desde la tribuna a una ley que borra todos los delitos y responsabilidades administrativas y contables vinculados al ‘procés’ y cometidos entre el 1 de noviembre de 2011 y el 13 de noviembre de 2023.

Una vez que se publique en el Boletín Oficial del Estado (BOE), que no será mañana mismo, los encargados de aplicar la ley serán los jueces, en el punto de mira de varios de los discursos ante el temor de que puedan retrasar la amnistía efectiva acudiendo al Constitucional o al Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

Esta «Ley Orgánica de amnistía para la normalización institucional, política y social en Cataluña» nació de los pactos que el PSOE selló con ERC y Junts a cambio del apoyo de los independentistas a la investidura del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Su objetivo es amnistiar a todos los implicados en movilizaciones soberanistas e independentistas desde el 1 de noviembre de 2011, cuando aún gobernaba el PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero, hasta el 13 de noviembre de 2023. Comprende tanto a los condenados por la consulta del 9 de noviembre de 2014 como los del referéndum independentista de 2017, así como el archivo de las investigaciones abiertas por los disturbios posteriores contra la sentencia del Tribunal Supremo.

La proposición de ley fue registrada en solitario por el Grupo Socialista el 13 de noviembre del año pasado y, aunque formalmente se ha tramitado por el procedimiento de urgencia, no va a ver la luz hasta más de seis meses después.

Se trata de la segunda ley que apruebe el Parlamento desde la llegada del Gobierno de Pedro Sánchez el pasado diciembre, además de la reforma constitucional para eliminar el término disminuido de la Carta Magna.

EL TEXTO NO SE HA MOVIDO DESDE MARZO
Durante su recorrido en el Congreso el texto sufrió varias modificaciones en virtud de los acuerdos que los socialistas fueron alcanzando con los independentistas catalanes y que fueron recibiendo el apoyo del resto de socios parlamentarios.

Tras su primera fase de debate en la Comisión de Justicia, el texto fue elevado al Pleno el 30 de enero, pero el voto en contra de Junts impidió que se mandara al Senado. Los de Carles Puigdemont forzaron su vuelta a la comisión ante la negativa del PSOE a aceptar sus enmiendas sobre los delitos de terrorismo y traición y tuvieron que buscar un nuevo pacto.

El acuerdo final en el Congreso se alumbró en el Pleno del 14 de marzo y la ley se envió al Senado. El PP uso su mayoría absoluta en la Cámara Alta para impulsar una modificación reglamentaria que le permitió ‘retener’ allí la norma dos meses, el máximo fijado por la Constitución, pese a tramitarse por el procedimiento de urgencia.

Además, el Senado inició los trámites para plantear un inédito conflicto de atribuciones contra el Congreso por considerar que la ley suponía una reforma constitucional encubierta, aunque finalmente los ‘populares’ han desistido de llevar el asunto al Tribunal Constitucional.

 

EL PSOE DA EL TEMA POR AMORTIZADO
El PSOE afronta el debate definitivo sobre la Ley de Amnistía convencidos de que es un asunto que ya no les provoca desgaste electoral y por tanto lo dan por «amortizado», según indican fuentes de la dirección socialista.

En este sentido, remarcan que incluso están incorporando este asunto en los discursos de campaña de las elecciones europeas y hablando de la amnistía y los efectos positivos que a su juicio ya se están notando en la sociedad catalana.

A pesar de la tensión que esta ley generó en la sociedad e incluso entre sus bases y algunos de sus dirigentes, en la cúpula del PSOE consideran que el debate está superado y el resultado de las elecciones catalanas del 12M, en las que el PSC fue primera fuerza y los independentistas no sumaron mayoría, ha reconfortado a buena parte de la sociedad.

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