Que no hay manera

Pues eso, que no hay manera, leche, que no va a haber forma de estar de acuerdo ni en lo más básico. Que pocas cosas parecían haber en las que pudiéramos estar de acuerdo los españoles. Pero cuando todos los indicios y el sentido más común parecían asegurar que acabar con el terrorismo vasco era una cuestión en la que todos, absolutamente todos los españoles, íbamos a estar de acuerdo, menos los cuatro zumbados nacionalistas que quedan en unos cuantos caseríos de las Vascongadas, pues vamos y nos partimos por medio, nos hacemos un ridículo haraquiri ante el resto del mundo.

Llevamos treinta y ocho años soportando a los etarras, vienen intentando desarticular al estado desde Franco, y ni éste, ni Arias, ni Suárez, ni González, ni Calvo Sotelo, ni Aznar han tenido huevos para acabar con ellos. Ni por el buen camino ni por el malo (que de haber tenido resultado, hubiéramos aplaudido también) nadie, de ningún partido gobernante, ha conseguido hacerlos desaparecer.

Ahora, en este bendito 2006, empieza a vislumbrarse una posibilidad , que pudiera llegar a buen puerto, pero justamente ahora va y nos pilla con el paso cambiado. También es mala suerte, tantos años esperando una solución y pasa ahora, cuando un partido político valora más llegar al gobierno que apoyar el final de la violencia. Lo que podía volver a unir a los españoles, el P.P. vuelve a conseguir la división absoluta y radical entre ciudadanos y sólo por intereses mezquinos.

Por otra parte, hace muy poquito, se han constituido en asociación las víctimas del terrorismo, pero como para eso los españoles somos geniales, en lugar de hacer una, han formado un capazo de asociaciones diferentes y , además, enfrentadas. Los partidos, que han visto el revolutum, han tenido la habilidad de captar para sus perversos intereses a cada asociación diciéndoles que sus muertos valen más que los de la otra. Bien, ya tenemos montada la feria de los muertos con “diferente valor de adquisición«.

Pero la derecha ha tenido, como casi siempre, más habilidad en estos bajos fondos y ha rellenado con sus militantes las manifestaciones de una de esas asociaciones, sí hombre, la que dirige un sujeto llamado Alcaraz, que más parece un cura integrista destinado a un acomodado barrio residencial de Madrid, que con su voz atiplada pretende dar la sensación de que no trabaja para el P.P. . Manda huevos…

Hay un famoso refrán que dice algo así como : “ a enemigo que huye, puente de plata ” ; pero la derecha no parece tener algo tan clarito en cuenta, y justo ahora.

Se vuelve a hacer realidad el viejo slogan español : yo me quedo tuerto si tú te quedas ciego. Acebes y Zaplana prefieren , sin duda, que el gobierno se estrelle antes de conseguir un éxito tan estruendoso. Y allí estaban el sábado, felices y contentos mientras la peña gritaba: “ Zapatero asesino«. ¿No es triste desear tanto mal?

Vamos a ver cómo le explicaríamos este pastel a un inglés : que sí, que los españoles queríamos acabar con el terrorismo, pero unos queremos que sea directamente, sin más zarandajas y lo más rápido posible y otros quieren que sea con perdón incluido, con escarnio, con humillación pública y con….Rajoy en el gobierno ( ya , por pedir….).

La capacidad de trabajar en equipo , de la que estamos exentos, se muestra , una vez más, en toda su crueldad en esta cuestión tan importante y queda , como siempre, muy alejada de nuestro espíritu; bueno, del espíritu de las buenas gentes de la derecha que han picado el anzuelo. El anzuelo es que si Zapatero lo consigue, el triste de Rajoy tiene que pedir la jubilación por manta. Con perdón, si alguien se molesta.

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