Un 60% de los pescadores podrían abandonar la actividad
Si la campaña no mejora, los pescadores optarán por coger la subvención y desguazar los barcos

Pescadores trabajando en el puerto
La situación en la se encuentra el sector pesquero en la localidad podría calificarse como una de las más críticas de los últimos tiempos. Tanto es así, que, según Ramón Gabarrón, patrón mayor de la Cofradía de Pescadores, “si la campaña de verano se presenta igual de mala, alrededor de un 60% de los pescadores se verán obligados a abandonar el sector de la pesca el próximo año”.
En lo que respecta a la situación actual, desde el pasado 1 de mayo los barcos de arrastre se encuentran en paro biológico y no será hasta el próximo 1 de julio cuando reanuden su actividad, con “las perspectivas de ilusión propias con las que se inicia el trabajo tras los paros biológicos pero siendo conscientes de la realidad”, según manifestaciones del patrón mayor. En referencia a la pesca de cerco, que en estos momentos si está faenando, los resultados están siendo “desastrosos”, pues según apunta el patrón mayor las dos capturas principales de este arte pesquero son el boquerón, del que no se sacan ejemplares, y la sardina cuyo precio actual es excesivamente bajo.
El escaso valor de las capturas y el precio del gasóleo hacen que esta profesión sea insostenible
En cuanto a la insostenible situación que los pescadores aguileños vienen sufriendo desde hace ya algún tiempo para Gabarrón las causas pueden resumirse en el hecho de que en los últimos 20 años el precio del pescado se mantiene estable, mientras que los gastos se disparan. Es el caso del gasóleo que ha multiplicado su precio en un breve período de tiempo.
De la misma manera la escasez en las capturas es cada vez mayor, lo que produce, por tanto, más pérdidas económicas. Aspecto, este último, del que, pese a estar agravándose en la actualidad, el sector pesquero lleva resintiéndose desde hace algún tiempo, y que está motivado en gran medida por la explotación, en algunos casos abusiva, de los caladeros.
Otro de los aspectos negativos que se cierne sobre el sector es el cada vez mayor número de trabas y exigencias que marca la Administración. Sobre este particular Andrés Rabal, presidente de la Asociación de Armadores de Murcia, realiza una opinión muy crítica: “pensamos que se nos persigue con numerosas inspecciones que nos obligan a invertir importantes cantidades de dinero que no tenemos”, y es que, continúa diciendo Rabal “cada vez son más las exigencias para incorporar en los barcos innovaciones tecnológicas, mientras que la falta de subvenciones es notable”.
Ante esta situación cada vez son más los que deciden abandonar este oficio de larga tradición en el municipio y vender los barcos para el desguace aprovechando las subvenciones, que se fijan en un millón de euros por tonelada. Este es el caso de cuatro barcos de la localidad que ya se han dado de baja aunque, manifiesta Gabarrón, “de nuevo se encuentra con un problema, y es que al Gobierno Central se le han agotado las subvenciones por lo que hasta el año que viene no se puede solicitar nada”.
Puerto Deportivo
Las declaraciones realizadas por Cecilio Hernández, secretario de Infraestructuras del PSRM- PSOE, contra la concesión del Puerto Deportivo de Águilas por ser, según Hernández, “un intento de reordenar un puerto cambiando su función primordial que es la pesquera y arrinconando a los pescadores” han tenido una rápida respuesta por parte del director general de Transportes y Puertos, Marcos Ortuño.
El director general niega rotundamente que se pretenda limitar la actividad pesquera en el Puerto de Águilas, “muy al contrario, ya que el propósito es reordenarlo para mejorarlo, haciendo compatibles las actividades pesqueras y las náutico-deportivas”.
En este sentido, tanto Ramón Gabarrón, patrón mayor de la Cofradía de Pescadores, como Andrés Rabal, presidente de la Asociación de Armadores de Murcia, han dejado de manifiesto no estar en contra de la planificación del Puerto, “lo que nos preocupa- ha declarado Gabarrón- es la falta de seguridad que presenta el puerto. En este sentido llevamos mucho tiempo presentando alegaciones a la Comunidad Autónoma para la construcción de un dique y la respuesta es siempre la misma, que causaría daños en los fondos de poseidonias”.
Andrés Rabal puntualiza en este sentido que “de los 700 metros actuales del puerto, tras la reforma nos quedarán 330, de los que 40 serán para surtidores, 50 para carga y descarga y 100 para la piscifactoría y los astilleros”. Datos que llevan a pensar a Rabal que “será necesario amarrar los barcos en paralelo e incluso dejar sueltos algunos de los pequeños, algo que haremos si es necesario, pero para ello pedimos por necesidad que se construya el dique”.