El alcalde de Lorca señala que el municipio se encuentra en “quiebra extrema”
“No hay dinero para hacer frente a las fiestas de barrios y pedanías, para la ‘Feria Chica’, la Feria y Fiestas de septiembre, el Encuentro Nacional de Jóvenes de Hermandades y Cofradías, las Fiestas de San Clemente, la Navidad, el arreglo de caminos… para pagar la nómina de los funcionarios de diciembre”, afirmaba este jueves el alcalde, Fulgencio Gil Jódar.
Poco antes, se reunía junto a la edil de Economía y Hacienda, María Belén Pérez Martínez, con el resto del equipo de Gobierno. Y les planteaba la situación de “quiebra extrema” en que se encuentra el Ayuntamiento. “Los saldos de las cuentas en estos momentos suman 3,7 millones de euros y las obligaciones son de 3,5 millones de euros. El Ayuntamiento está en quiebra extrema. Una quiebra muy parecida a la que nos encontramos en 2007. Entonces, el Consistorio tenía una deuda de 105 millones de euros que rebajamos hasta los 33 millones de euros”.
Y recalcaba: “No hay dinero para el Mayor, Oenegés, Consumo, Agua, Parques y Jardines, Vías Públicas, Educación, Bibliotecas y archivos, Cultura, Semana Santa, Deportes, Agricultura y Ganadería, Turismo, Industria… El presupuesto de este año está agotado. Y está gastado cuando todavía estamos a mitad de ejercicio. La ejecución del Presupuesto es de casi un 87 por ciento y, todavía, queda agosto, septiembre, octubre, noviembre y diciembre”.
La edil de Economía y Hacienda, María Belén Pérez Martínez, aportaba que los datos que ofrecían “están extraídos de distintos oficios emitidos con fecha 12 de julio por la Intervención General, la Dirección Económica y Presupuestaria y de la Tesorería municipal, a petición del alcalde. El informe es claro: ‘Se recomienda a los gestores mantener una posición de austeridad en el gasto durante el segundo semestre de 2023’. Insisten en reducir al máximo los gastos que no sean fijos -horas extraordinarias- así como congelar la incorporación de nuevo personal, salvo que esté financiado por otras administraciones”.
Y señalan que “además de haberse ‘gastado el 86,7 por ciento del presupuesto’, en los últimos tres años ‘se ha gastado 22 millones de euros por encima del presupuesto’. Hemos constatado que desde enero hasta mayo se disparó el gasto del Ayuntamiento en nueve millones mensuales”, indicaba María Belén Pérez.
Y advertían, insistía la edil de Economía y Hacienda, que de lo contrario “se pone en peligro el pago de la nómina de los empleados públicos del mes de diciembre”. La mayor parte de las partidas económicas de las concejalías, añadía, “están agotadas o a punto de agotarse, por lo que no se puede hacer frente a los gastos mínimos del resto del ejercicio”.
El alcalde recordaba que “el arqueo de caja, firmado por el anterior alcalde y por mí, mostraba que el Ayuntamiento tenía 10,3 millones de euros. Pero había que pagar 3,6 millones para atender obligaciones ya reconocidas y liquidadas. Y la nómina de los funcionarios con un montante de 3,2 millones de euros. 730.250,80 euros de la Seguridad Social correspondientes a esa nómina. Y 2,7 millones de euros de certificaciones de obras. Por lo que durante la segunda quincena del mes de junio se han realizado pagos por importe de 10,3 millones de euros”.
Aportaba que “en un intento por ‘maquillar’ el arqueo de caja, tras perder las elecciones, cortaron todos los pagos. Las facturas, que se acumulan en los cajones, no cesan de llegar. Hay contratos verbales, sin reconocimiento de crédito… Realizados en tiempo de descuento. Repito, tras haber perdido las elecciones. Facturas que se remontan incluso a diciembre de 2019”.
En el informe, entre sus principales conclusiones, se hace constar que “en los últimos años se han aprobado modificaciones presupuestarias con cargo al Remanente de Tesorería por importe superior a los 22 millones de euros”, significaba Gil Jódar, para añadir que los técnicos “consideran necesaria, de forma inmediata, una modificación de créditos, financiada con cargo al Remanente de Tesorería del ejercicio anterior, para atender los gastos obligatorios no previstos, las necesidades presupuestarias del capítulo de personal de cara al segundo semestre y un refuerzo de las partidas presupuestarias de determinadas concejalías para hacer frente a los gastos mínimos del resto del ejercicio”.
Esas recomendaciones proponen “mantener una posición de austeridad en el gasto durante el segundo semestre de este año. Pero, es más, plantean para el próximo año ‘no tomar ninguna decisión que conlleve la reducción de los ingresos municipales, bajadas tributarias, lo que provocaría muchos problemas para atender los gastos fijos del Ayuntamiento’. Y alertan de que la no adopción de estas medidas pondría en serio riesgo el pago a los proveedores dentro del plazo legalmente previsto, pudiendo llegar a provocar la ‘retención de la participación en los tributos del Estado para el pago a los proveedores’”.
La economía del Ayuntamiento, insistía el alcalde, “está en colapso. Sufre un cataclismo. Prometí una auditoría para conocer el estado de las cuentas y aquí tenemos los primeros resultados. Se han gastado 22 millones de euros del remanente de Tesorería. Y ya sabemos en qué se lo han gastado. O más bien, desperdiciado”.
Reconocía que la situación es preocupante: “Nos lo han puesto muy, muy, muy difícil, pero –como ya dije en mi intervención durante la toma de posesión- venimos a resolver los problemas de los lorquinos, de Lorca. Sabíamos, lo intuíamos, que estaban gastando más de los presupuestado y que constantemente se estaba recortando el remanente de Tesorería”.
Y anunciaba las acciones que aplicará. “Vamos a pagar a todos los proveedores. A saldar todas las cuentas pendientes. A intentar llegar a final de año. A buscar el dinero que nos falta para pagar la nómina de diciembre. Y vamos a bajar los impuestos. Venimos, insisto, a cambiar Lorca. Y lo vamos a hacer a pesar de todos estos problemas. Pero hemos querido que los ciudadanos conozcan cuál es la situación real de la caja del Ayuntamiento que, en estos momentos, está vacía. Y desconocemos –porque cada día llegan más facturas- el dinero que se le debe a los proveedores”.
Concluía de forma tajante: “Lorca vuelve a tener un Gobierno serio, responsable, consciente, consecuente y juicioso. Queremos tranquilizar a los lorquinos de que, a pesar de las dificultades, vamos a remontar esta situación y vamos a lograr un municipio más seguro, más limpio, con mejores servicios… Y todo ello, bajando los impuestos, como prometimos”.