Los actos en honor a la Virgen del Cisne en Lorca se limitarán a una misa en la Iglesia de San Mateo

La situación sanitaria en Lorca, derivada de los diferentes brotes de Covid-19, ha llevado a la cofradía Virgen del Cisne, a anular las fiestas conmemorativas de la llegada de ‘La Churonita’, réplica de la imagen que tiene cinco millones de fieles en Ecuador. En este sentido, solo se llevará cabo una misa, el día 15 de agosto a las 20.30 horas y, como es tradicional, será en la iglesia de San Mateo, templo donde expuesta durante todo el año la imagen de la Virgen del Cisne.
El principal de la cofradía, que el pasado 2019 celebró el 20 aniversario de la procesión es muy esperado, recorriendo la imagen las principales calles de Lorca, ante la mirada de cientos de fieles. Recordar al respecto, que en 1999, el actual Obispo de la Diócesis de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, entonces Vicario Episcopal de la Zona Pastoral de Lorca, fue el artífice de traer a la ciudad una réplica de la imagen de la Virgen del Cisne. Atrás su llegada a lorca, todos los 15 de agosto se ha llevado a cabo la procesión, así como numerosos actos como juegos pirotécnicos, carreras de sacos y una danza típica con la ‘vaca loca’

El origen de la Virgen del Cisne
La Virgen de El Cisne es una de las imágenes más veneradas del Ecuador. Se caracteriza porque su devoción no sólo se encuentra entre quienes viven en El Cisne, sino que se expande alrededor de todo el Ecuador e incluso existe mucha devoción en ciudades como Nueva York y Madrid.
La Virgen María del Cisne recibe su nombre como parte de la tradición que comenzó en Europa con miembros de la denominada ‘Orden de los Caballeros del Cisne’ que elevaban templos en honor a la Virgen María en la cima de las montañas especialmente en Francia, Alemania y España, bajo el cuidado de los padres Franciscanos.

Fueron los padres franciscanos quienes acompañaron a Alonso de Mercadillo en la Fundación de Loja, por lo que crearon el culto a la virgen en El Cisne.
Se cuenta que poco tiempo después se desencadenó un fuerte huracán que arrancó árboles, destrozó casas y destruyó sembríos. Los indígenas pensaron que era una maldición de la Virgen por haberla sacado de El Cisne, por lo que volvieron a su tierra a pesar de la oposición de las autoridades; las cuales al final comprendieron que Dios no permitía que El Cisne quedara abandonado y que la imagen fuese trasladada de lugar.
Ese mismo año, los indígenas levantaron un santuario a la Virgen, que fue el primero, luego vinieron otros hasta que en 1934 fue construido el que se mantiene hasta la actualidad bajo el cuidado de la Misión de Padres Oblatos, fundados por el Padre Matovelle.
Imagen de la Santísima Virgen de El Cisne. Con traje típico de la región.
La devoción a la Virgen del Cisne fue creciendo gracias a las peregrinaciones que la gente realizaba para ver y rezar frente a la imagen de la Virgen, hasta que en 18 mediante decreto de Simón Bolívar, se establece la visita de la imagen de la Virgen del Cisne a la ciudad de Loja, cuya llegada es el 20 de agosto de cada año, permaneciendo en la ciudad hasta el 3 de noviembre.
La fe en la Virgen del Cisne está ligada a numerosos milagros que se cuentan de ella y que se trasmite de generación en generación y que ha sido llevada a todo el Ecuador y el Mundo gracias a los emigrantes lojanos que comparten su devoción y fe. En la última romería, se calcula la presencia de más de 20.000 personas que emprenden una caminata desde El Cisne hasta la ciudad de Loja, aproximadamente 75 kilómetros de recorrido. Para los lojanos, la presencia de la Virgen del Cisne es un encuentro de tradiciones, devoción y fe que se ha convertido en la fiesta más importante del año.

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