‘Dos pájaros contraatacan’, en Murcia
Cuando agosto se haga cargo del calendario, mis días gozarán decididos, previos a un septiembre de tránsito y a su tristeza inventada. O no… de alguna manera, como en aquellas mañanas de carnes y banderas que habitaban el poema de Salinas: “La palabra iba suelta, vacante, ingrávida…”, Sabina nos devolverá – otra vez, acompañado de Serrat- su mes de abril el próximo 22 de septiembre, en la Plaza de Toros de Murcia.
Serrat y Sabina vuelven unir sus destinos en una gira conjunta bajo el nombre ‘Dos Pájaros contraatacan’, que comenzó el pasado 17 de marzo en Buenos Aires. Ambos juntarán sus voces, forjadas entre una lírica sencilla y vital y la afonía de una voz quebrada, que contrasta con el cielo de su otrora musa, Olga Román, o de un genio en la sombra, como es Panchito Varona.
Con la venia de la lluvia. En 2007, muchos nos quedamos con la entrada y la rabia de no poder disfrutar del fuego cruzado de estos dos canallas de la canción. El concierto programado en Murcia en octubre se tuvo que suspender por una intensa lluvia que cayó en la ciudad. Pero este septiembre disfrutaremos de un espectáculo que gira en torno al nuevo disco que estas dos figuras imprescindibles de la música “La orquesta del Titanic”, una nueva demostración de oficio y experiencia. Por supuesto, que nadie piense que encajonarán sus canciones incólumes de bares de medianoche o de vidas perras en calle melancolía. El otro, el catalán rescatará temas que han marcado a toda una generación.
En fin, sin restar mérito a Joan Manuel Serrat. Joaquín Sabina volverá a reencontrarse en Murcia con una jauría de seguidores, dispuestos a vivir, que no a oír, sus letras que cantan como nadie a la victoria, aunque su voz esté vencida y rota. Yo estaré ahí, lo más cerca posible del escenario, dispuesto a volar sobre las alas de este cronista de la santa transición, de este juglar de cafés de medianoche y algún canuto con el que celebrar la vuelta de su unicornio azul. Y es que al flaco de Úbeda sólo le queda su talento. Claro está, más que suficiente.