Nos remontamos a las décadas 70 y 80 en Lorca, en la emblemática calle Corredera, cuando era un hervidero de comercios y gente transitando y centro neurálgico de la ciudad. Justo enfrente de la Cruz de los Caídos se encontraba el comercial “Novedades”, el sueño de todo niño, un inmueble repleto de artículos como juguetes, estampas, postales, bisutería, souvenir y lo más preciado… los nostálgicos belenes.
Era habitual encontrar a los más pequeños “pegados” al escaparate de la cuesta de San Francisco, admirando el belén con las figuras del guardia civil, el bombero, el torero, el cura y muchos más personajes que quedaron grabados para siempre en los lorquinos adultos de hoy, que por entonces, no disfrutamos de todo lo que quisimos tener.
Texto: Lola Guerrero