El pleno aprueba que la calle Beato Fray Pedro Soler se denominará San Pedro Soler tras la canonización del lorquino hace un año en el Vaticano
El Pleno ha aprobado este lunes la petición realizada por la Archicofradía del Santísimo Cristo de la Sangre y del párroco de la iglesia de San Cristóbal para modificar el nombre actual de la calle y realizar los cambios oportunos en las hojas padronales
Desde poco después de su martirio en Damasco ha contado con distintos emplazamientos a los que daba nombre, el anchurón donde se situaba la vieja Plaza de la Hortaliza, la calle Avellaneda, la del Aire que fue más tarde Presbítero Emilio García, y la actual en el Puente de los Carros
Fulgencio Gil Jódar, alcalde: “Su elevación a santidad nos lleva a aplicar este reconocimiento a la calle a la que da nombre que recuerda a un ejemplar lorquino, el primer santo del barrio de San Cristóbal, de Lorca”

La calle Beato Fray Pedro Soler, en el conocido como Puente de los Carros frente a la Casa Museo de la Archicofradía del Cristo de la Sangre, Paso Encarnado, en el barrio de San Cristóbal, dejará de llamarse Beato Fray Pedro Soler para denominarse San Pedro Soler. Así lo ha acordado el Pleno municipal en la sesión que ha celebrado este lunes. “Su elevación a santidad hace un año por parte del Papa Francisco, en la Plaza de San Pedro del Vaticano de Roma, nos lleva a aplicar este reconocimiento a la calle a la que da nombre, que recuerda a un ejemplar lorquino, el primer santo del barrio de San Cristóbal, de Lorca”, ha afirmado el alcalde, Fulgencio Gil Jódar.
El Pleno ha atendido así la petición realizada por la Archicofradía de Cristo de la Sangre, Paso Encarnado, a través del escrito que presentó su presidente, Francisco Ibáñez Martínez, firmado conjuntamente con Régulo Ginés Cayuela Lozano, párroco de la iglesia de San Cristóbal, dando traslado de un acuerdo de la Junta directiva de la Archicofradía del Cristo de la Sangre, celebrada el pasado día 6 de este mes.
El alcalde ha recordado que, desde el martirio del lorquino en Damasco, distintos emplazamientos del barrio de San Cristóbal y de la ciudad han sido dedicados al que fuera beato y ahora santo. “El 21 de mayo de 1900, el Ayuntamiento acordaba denominar al venerable Pedro Soler, la plaza situada a la izquierda de la iglesia de San Cristóbal, formada por la confluencia de las calles Pedro Egea, Martín Piernas y San Cristóbal. Lugar en el que más tarde se situaría la antigua Plaza de la Hortaliza. En octubre de 1927, con motivo de la beatificación de Pedro Soler, se convirtió la calle que le vio nacer, Avellaneda, en la de su nombre. Hubo un nuevo cambio, con acuerdo municipal el 14 de junio de 1939, en el que la antigua calle del Aire, hoy Presbítero Emilio García, tomó el nombre de Beato Pedro Soler. Y el 6 de octubre de 1969, el Puente de los Carros, pasaba a llamarse Beato Pedro Soler. Ahora, únicamente se cambiará la denominación, que toma el nuevo reconocimiento realizado por el Papa Francisco hace justo un año”.
El acuerdo de Pleno modificará la denominación de la calle Beato Fray Pedro Soler pasando a llamarse como San Pedro Soler, lo que llevará a realizar los oportunos cambios en sus rótulos y en las hojas padronales existentes en esa calle. Acuerdos que se comunicarán al Servicio de Estadística y Relaciones con Otras Administraciones y Promoción Turística, al Servicio de Emergencias y Protección Civil, al Servicio de Patrimonio, al de Participación Ciudadana, de Protocolo, Policía Local, Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía, Comandancia de la Guardia Civil y a los solicitantes.
El cambio de la denominación viene refrendado por un informe del jefe del Servicio de Estadística en el que se señala que “a la vista de la solicitud realizada, de la constatación de la elevación a santidad de Pedro Soler y de que se trata de la modificación de un nombre de una calle ya inscrito, a juicio de quien esto informa no existe inconveniente en la modificación solicitada, si bien una vez aprobado por el Servicio de Estadística deberá procederse a la modificación de las hojas padronales y a la comunicación a los residentes en la citada calle”.
También se hace constar que Pedro Nolasco Prudencio Soler Méndez, conocido como Fray Pedro Soler, “fue un vecino popular y querido del barrio de San Cristóbal, donde creció y trabajó durante su juventud. Como cristiano entregado a su devoción, participó como misionero en Tierra Santa, llegando a entregar su vida como mártir de la fe cristiana durante su misión en Damasco”.
Hace un año el Papa Francisco lo ‘alzaba’ hasta lo más alto de los altares en una ceremonia que se llevaba a cabo en la Plaza de San Pedro, a la que acudía en peregrinación un grupo de unos doscientos lorquinos, con los párrocos de San Diego y San Cristóbal, junto al obispo de la Diócesis y el vicario episcopal de Lorca, y una delegación institución del Ayuntamiento encabezada por el alcalde. “Nuestro paisano trascendía fronteras y se convertía en santo, siendo reconocido en el mundo entero. Ya no es el beato el beato lorquino del barrio de San Cristóbal, sino que se ha convertido en santo de la Iglesia Católica, siendo conocido en el mundo entero”, ha señalado el alcalde.
Miles de fieles llenaban la Plaza de San Pedro durante la ceremonia de canonización del beato lorquino Pedro Soler, los siete hermanos menores franciscanos, Fray Manuel Ruiz López, Fray Carmelo Bolta Bañuls, Fray Engelbert Kolland, Fray Nicanor Ascanio Soria, Fray Nicolás María Alberca Torres, Fray Francisco Pinazo Peñalver y Fray Juan Jacob Fernández, además de los laicos, Francisco Massabki, Mooti Masabki y Raphael Massabki.
Gil Jódar ha significado que la santificación de Pedro Soler es “un hito histórico”. Y ha hablado de la importancia del turismo religioso en estos momentos. “Va más allá de un destino. Es la inmersión en las tradiciones, los valores y la historia y será un motor económico para el barrio de San Cristóbal, para Lorca”.
La casa donde nació, en la calle Abellaneda; la iglesia de San Cristóbal, donde recibió las aguas bautismales y donde se custodia un cuadro y varias de sus reliquias; el convento e iglesia de San Diego, donde inició su formación; el convento de la Virgen de las Huertas, donde se encuentra una escultura del fraile; la iglesia de San Francisco, en cuyo retablo se colocó una talla del franciscano; y el Monasterio de Santa Ana y Santa María Magdalena de clarisas, donde se guarda el alba con el que cantó por primera vez misa en el viejo convento de la calle Álamo, y una reliquia del santo, serán algunos de los lugares de visita obligada para lorquinos y visitantes.
Sus efemérides, nacimiento, el 28 de abril de 1827; bautizo en la iglesia de San Cristóbal, el 30 de abril de 1827; ingreso y vida franciscana en Priego, el 16 de septiembre de 1856; noviciado, el 29 de septiembre de ese mismo año; profesión religiosa, el 30 de septiembre de 1857; diácono, sacerdote y canta su primera misa, en 1858; salida hacia Jerusalén el 25 de enero de 1859; martirio, en la medianoche del 9 al 10 de julio de 1860; apertura del proceso de canonización el 17 de diciembre de 1886; beatificación, el 10 de octubre de 1926; y fiesta litúrgica el 10 de julio, se sumó la celebración de su ‘subida a los altares’ y, ahora, el cambio de denominación de su calle. Pero se prevé que muy pronto cuente con una escultura que presidirá su capilla en la iglesia del barrio que le vio nacer, el de San Cristóbal.

Su publicidad AQUÍ. Info: 633 77 29 35 o laactualidad@yahoo.es


