«Hay muy pocas oportunidades para los que salen de Juveniles»

El entrenador del Águilas Juvenil, José Espinosa, entrevista a Emilio José Blanco

El entrenador del Águilas Juvenil, José Espinosa, entrevista para La Actualidad Deportivo al centrocampista Emilio José Blanco. Ambos son dos apasionados del fútbol que han compartido buenos momentos tanto dentro como fuera del campo.
A sus 22 años, Emilio José ha cumplido uno de sus mayores sueños, el de jugar en el Águilas C.F., su gran equipo. El aguileño se define a sí mismo como un trabajador, un incansable luchador que desde muy pequeño tenía claro las metas que quería alcanzar y cuáles eran los propósitos que le mantenían en pie para no cejar en su empeño. Hoy, este aguileño, continúa trabajando, abriéndose paso en un mundo en el que le queda mucha trayectoria por recorrer. Sensato y tímido ante los flashes, Emilio es una de esas personas que piensan que los sueños hay que apuntarlos muy alto, por si luego se quedan a mitad del camino. Quizá esta actitud de perseverancia se debe a su fijación por Zidane, el emblemático futbolista al que admira e idolatra.

Después de pasar por varios equipos, vuelve a Águilas. ¿Cómo fue su fichaje?
Fue el verano pasado cuando estando aquí en la ciudad, a la espera de alguna oferta, recibí la del Águilas C.F. y la acepté porque era un equipo de Segunda B y además la ocasión era inmejorable, porque suponía quedarme aquí en casa. Por otro lado, era una oportunidad muy buena para crecer como jugador.

¿Crees que es un paso adelante en su trayectoria como jugador?
Yo creo que sí y por ello estoy trabajando duramente. Estoy muy orgulloso de estar en el equipo, para mí supone una alegría inmensa formar parte del Águilas C.F. Me siento bien, estoy tranquilo, ahora mismo mi único objetivo es continuar a buen ritmo en los entrenamientos, seguir trabajando.

Cuando acabó en los Juveniles y fue al Cuevas ¿pensó que con 22 años iba a dar el salto a Segunda B?
Al principio no eres consciente, es algo que ni se te pasa por la mente. Y que depende en gran medida del factor suerte. Pero una vez que estás aquí es ya un triunfo en sí, que te motiva y que te impulsa a continuar hacia delante y seguir evolucionando y aprendiendo cada día.

Tiene la suerte de jugar en el Águilas, pero hay muchos otros jugadores que continúan estancados en categorías inferiores
Sí, hay muchos chicos que salen de los Juveniles, que son buenos futbolísticamente, pero que apenas encuentran salidas una vez que terminan en las bases. Las oportunidades para estos jugadores son muy escasas y eso les obliga a buscarse la vida fuera, cuando aquí tenemos buenas instalaciones. Yo creo que si en Águilas se hiciera un equipo de preferente sería de gran ayuda y les favorecería bastante, no solamente a estos chavales, sino que potenciaría en general el fútbol aguileño. En este sentido, quiero poner como ejemplo a un equipo como el Pulpileño, que va en Segunda División y que está haciendo un magnífico trabajo.

Su camino no ha sido fácil. Cuéntenos un poco su trayectoria.

Cuando acabé en los Juveniles fui al Cuevas junto a varios jugadores que están actualmente en el Pulpileño. Allí permanecí medio año y más tarde fiché por el Cartagena Promesas, donde estuve los tres siguientes años. Y una vez que terminé en ese equipo ya vine al Águilas C.F.

¿Qué espera este año a nivel del equipo?
Yo creo que estamos trabajando bastante bien y que todo continúa a buen ritmo. En las primeras jornadas de Liga hemos tenido bastantes bajas y el equipo no terminaba de estar al completo. Pero, pese a esas adversidades, yo creo que estamos actuando bien, en una buena línea, y con una actitud positiva, que es lo más importante.
Hay un buen equipo técnico, buenos jugadores y pienso que podemos rematar la temporada con una posición también muy buena. Está claro que todo depende de la voluntad, el trabajo y el grado de implicación de los jugadores.

¿Y a nivel individual?
Mi intención es seguir trabajando con tenacidad y constancia. Por lo pronto, me mantengo a la espera de que el entrenador me saque al campo y me de cada vez más minutos para, después, aprovecharlos al máximo y tener la oportunidad de demostrar por qué estoy aquí.

Jugó en Marbella, es de lo mejor y, sin embargo, desaparecese, ¿cómo se lleva eso?
La verdad es que en Marbella yo creo que hice un buen partido, también es cierto que entré porque había varios sancionado. Estaba tranquilo, sereno y con muchas ganas de jugar. Ahora sólo queda esperar y volver a encontrarme con otra nueva oportunidad de salir al terreno de juego.

Es callado, trabajador… ¿cómo se reivindica para salir más al terreno de juego?
La única manera de hacerlo es trabajando en los entrenamientos, esforzándote diariamente, intentar aprovechar al cien por cien todos los minutos que te da el entrenador.
No obstante, es una decisión que está en manos del entrenador, él tiene la última palabra.

En cuanto al equipo, ¿cambia mucho el trabajo de una categoría a otra?
Por supuesto que cambia, porque hay jugadores con más vivencias y experiencias dentro del fútbol, con más batallas a las espaldas y que, por tanto, tienen mayor conocimiento sobre este mundo. Yo he pasado por varios equipos de diferentes categorías y eso es algo evidente, que se percibe pronto.

Dicen que con Miguel Rivera los vestuarios están muy unidos. ¿Cuál cree usted que puede ser la clave?
La clave para que un equipo esté unido es que todos nos llevemos bien, estar todos a una, en el mismo sentido y con unas metas bien definidas. El éxito o fracaso en un partido depende de todos. La implicación de cada uno de los jugadores es, por tanto, uno de los factores más importantes.

También sé que trabaja con las Bases
Sí, desde hace algún tiempo. Nuestro lema en la Escuela de Fútbol es la educación y en ello estoy trabajando con los chicos de 15 años. El objetivo es inculcarles valores, que sepan comportarse, aprender con nuestro ejemplo. Hay uno de ellos que tengo lesionado, su nombre es Manolo, y desde aquí le mando mucho ánimo y un abrazo.

¿Son conscientes jugadores como Juanjo, José García y usted de que son el referente y el espejo en el que se miran los 500 niños que hay en las Bases?
Claro que somos conscientes y por ello trabajamos a diario, para mejorar. Es mucha la responsabilidad, pero a través del deporte lo que pretendemos es que aprendan, para que el día de mañana obtengan también su recompensa.

“El entrenador tiene la última palabra”
Aunque la mayor parte de su tiempo transcurre en el banquillo, Emilio José Blanco confía en que poco a poco, las cosas vayan cambiando, que tenga más oportunidades de entrar en el terreno de juego para así aprovechar los minutos al máximo. “Por lo pronto, me mantengo a la espera de que el entrenador me saque al campo”, señala. “No obstante, es una decisión que está en manos del entrenador, él tiene la última palabra”, añade. Sus mejores armas en este sentido son el trabajo bien hecho y el esfuerzo diario en los entrenamientos.

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