El comercio tradicional planta cara a los supermercados

Los minoristas se ven obligados a ponerse las pilas para mantener activos sus negocios

En la imagen, dos vecinas realizando sus compras

Que las grandes superficies de hipermercados y supermercados están ganando terreno al comercio tradicional es un hecho, pero ¿qué hacen los pequeños comerciantes para competir y plantar cara a los grandes supermercados?

Desde La Actualidad hemos tratado de ahondar en este asunto y averiguar cuáles son las estrategias que los comerciantes aguileños ponen en práctica para competir con los grandes.

La mayoría de los gerentes coinciden en que la gran ventaja del comercio tradicional es la forma de compra-venta, en la que se da una intensa relación entre vendedor y cliente, de forma que éste es asesorado directamente y se le satisface sus necesidades.El pequeño comercio tiene ganada la batalla en el trato personal, pero, además, los consultados señalan la importancia histórica de estos comercios puesto que garantizan la proximidad de todo tipo de productos, asegurando el consumo para ciertos sectores de la población como personas mayores o amas de casa que no tienen posibilidades para desplazarse.

A pesar de la proliferación de grandes cadenas, los establecimientos tradicionales continúan ostentando una situación de liderazgo en cuanto a productos de alimentación fresca. En este sentido, Diego Parra, gerente de Super Olé, sostiene que una de las armas del pequeño comercio es apostar por productos perecederos como carne, verdura y pescado.

En opinión de los vecinos, a la frescura de los productos expuestos se une la buena relación calidad/precio del producto que encuentran en las pequeñas tiendas.

Y, aunque algunos gerentes consideran que este tipo de competencia hace daño y compromete la viabilidad del negocio, en líneas generales, se muestran optimistas sobre el futuro que le depara al pequeño comercio. “Tratamos de aprender de los grandes supermercados, conocer sus herramientas, cómo funcionan, para así mejorar nuestro negocios”, señala Parra.
Por su parte, la mayoría de los vecinos estima que ambos formatos pueden ser compatibles.

Algunos, a día de hoy, han logrado no sucumbir ante los grandes y mantenerse fiel a un comercio tradicional que, según ellos, proporciona “una alimentación más sana”.

Calidad y profesionalidad
Muchos de los consultados han mostrado una postura de rechazo hacia el formato comercial de las grandes superficies dada su lejanía, atención y trato despersonalizados. Es evidente que los consumidores se muestran cada vez más exigentes, ya que requieren no sólo productos adecuados, sino también calidad y profesionalidad en el servicio, algo que se satisface con un trato estrecho, lo que se traduce en una apreciación más directa de sus deseos.

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