El Águilas se hunde en El Rubial
La Unión Deportiva Lanzarote se encontraba esta tarde a un desconocido Águilas, al que vencía por un contundente 2-4. Los de Tino Cabrera (destituido tras el partido) motsraron su peor cara ante loa canarios, pero, sobre todo, dejaron de manifiesto una falta de orden en todas sus líneas, así como de mordiente en su zaga delantera; de seguir así, el equipo podría ocupar antes de Navidad una posición de descenso Aún así, la destitución de Tino Cabrera ha sido para muchos “drástica”, ya que el equipo llegaba a El Rubial con numerosas bajas, como las de Navarro, Romerito o Sívori entre otros.
Durante la primera el equipo visitante fue superior, mostrando un juego muy preciso y creando peligro al acercarse a la portería aguileña. Por su partte, los albiazules, mantenían el tipo a trompicones, teniendo también varias ocasiones.
Sería la UD Lanzarote, en una de las primeras llegadas al área aguileña quien se adelanttó en el marcado, tras un patadón de Niche desde la frontal del área.
Con el resultado en contra, el Águilas CF reaccionó y, al filo de la media hora, logró poner el marcador en tablas con el gol de Sergio tras un lanzamiento de esquina.
Por momentos el Águilas paracíó que iba a despertar, pero el gol fue sólo un oasis.
En el minuto 35, el canario Raúl García, libre de marca en el segundo palo. remató de cabeza a la red. Y apenas cuatro minutos más tarde, Maciot se aprovechó de un saque en largo de Reguero para plantarse sólo delante de José Juan, y batir al guardameta del Águilas a placer. Con el 1-3 se llegó al descanso del choque.
Una vez arrancó la segunda mitad, el Águilas buscó nivelar el marcador, pero su juego no iba a ninguna parte, con numerosos balones perdidos y juego al patadón. En las gradas, el público se desesperaba, más aún cuando llegó el cuarto de La Unión Deportiva Lanzarote, tras un mal rechace de José Juan que aprovechó Angel Gil.
Los aguileños mejoraron el resultado final en los minutos de prolongación. Tras un centro de Casanova, Vladimir terminó introduciendo la pelota en su propia portería al intentar despejar el centro.
