Celebraciones vacías

No es que yo esté en contra de las celebraciones que cada cierto tiempo conmemoran situaciones o proponen causas. Pero lo que sí es cierto es que, en la mayoría de los casos, me parecen simplemente “un lavado de conciencia”, más que una toma de ella. Por ejemplo, la reciente celebración del Día Europeo sin coches me parece muy bien, así como queda muy espectacular… y no digo yo que muchos de los que acuden a mostrar su “espíritu ecológico” sobre sus respectivas bicicletas no estén de acuerdo con la idea que la campaña intenta transmitir.

Sin embargo, la mayor parte de participantes solamente hace acto de presencia, sobre todo los niños, que precisamente son los menos indicados, para divertirse. Es decir, para ellos se trata de un mero juego que no va más allá del tiempo que el mismo dura. En fin, que creo que el uso indiscriminado de vehículos y sus consecuencias nefastas no se puede dejar en manos, o en la conciencia de personas que todos sabemos cogen el coche hasta para ir al “baño”, sino que se deben establecer leyes o normativas, como ya existen en otros países, que controlan esta desmedida falta de consideración y respeto hacia el medioambiente. Diría más, ello va en contra de nuestra propia supervivencia.

Tomás Montero

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