Lo que es, es

Muchos recordarán, con el abajo firmante, una cancioncilla antigua que decía algo así como : “ahora queeeeee vamos despaaaaacio, vamos a contar mentiras….tralará” .

Bueno, pues parece que al algunos les ha dado por aprovechar ese tiempo que les sobra en rara abundancia para inventar historias o, mejor, en deshacer las que ya estaban, que es más tonto entavía. Me refiero a esa especie de plaga social que pretende que lo que fue ya no lo sea o, al menos, no lo parezca. La cosa la empezó, como casi siempre, la Iglesia católica, que después de casi cuatro siglos decidió perdonar a Galileo. Manda huev….

El problema es que ahora el virus ha infectado a individuos muy alejados de esta plantilla. El otro día alguien importante de un partido tan serio como el PSOE decidió que había que rehabilitar a don Juan Negrín, después de 60 años…… y de haberle expulsado del partido. Convocaron a su nieta y le dieron el carnet del partido que le arrebataron al abuelo en un momento concreto de la Historia. Todo fue un sinsentido tan disparatado como el de la Iglesia con Galileo, la diferencia es que no hubo bis-tatara-bisnietos del italiano para mandar a cagarcia a la cúpula eclesiástica, oportunista pero lela. El otro día sí que hubo alguien menos miope con el partido socialista : la nieta que les dijo a los listos que reescriben la Historia que probablemente su abuelo les diría que se metieran el carnet por el mismo sitio donde crecen forún-culos. Negrin fue expulsado del partido en 1946 por Indalecio Prieto, ahora Guerra le rehabilita en virtud del 38 congreso PSOE. Reescribiendo la Historia, que sirve de poco, al menos para la familia, visto lo visto y dicho lo dicho.

Para no ser menos, la Di-puta—ción de Alicante se sacó de la manga la solicitud “a quien corresponda” de que se anule el juicio a Miguel Hernández, que le condenó por ser izquierdista y dedicarse a actividades literarias. Dicen que la sentencia sobre su nombre es una deshonra para los demócratas y se plantea un recurso de revisión de sentencia penal firme, ahora que se van a cumplir 100 años de su nacimiento. Es difícil acertar qué clase de gilipollas piensa que la Historia se puede asaltar por caprichos circunstanciales y porque ahora somos más permisivos, buenos y globalizados. Para un servidor, que lo que más se está globalizando es la estupidez. Joder que la Historia fue como fue , se escribe con mayúsculas y no se puede cambiar por el capricho de cuatro listos. Por mucho que lo pretendan, a Miguel lo encarcelaron los golpistas que metieron a España en una guerra civil, leches ya, y se murió escribiendo poesías desgarradoras en una puta cárcel de Alicante. Ahí se acaba la historia, por mucho que ahora alguien pretenda reeditarla. Ni Miguel necesita que se le perdone ahora ni don Juan el puto carnet que le quitaron por una mala interpretación de don Indalecio.

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