Horario laboral sembrao

Has estado sembrao, suele decírsele a alguien que, en su intervención, labor o trabajo– del tipo y clase que fuere-, ha resultado oportuno, acertado, rotundo…Vamos, sembrao. Y dicho de la manera más irónica, sarcástica y malaléchica, me parece que sembrao va a quedar el Parlamento Europeo con lo de la jornada laboral.

Europa- a la que pertenecemos de pleno, para lo bueno y para lo no tan bueno- quiere aprobar una jornada de trabajo semanal de 65 horas, lo que significa echar por la borda muchas de las conquistas sociales que se ha ido alcanzando durante un montón de años. Ojalá no tengamos que lamentar unos daños colaterales que no serán otra cosa que el resultado de una regresión sociolaboral de consecuencias imprevisibles.

España se opone a tal involución, pero, a lo que se ve, puede salir adelante gracias a los aires, bueno, el vendaval conservador formado por el inglés Brown, que no se sabe muy bien de qué pata cojea su laboralismo, la alemana señora Merkel, el inefable francés Sarkozy y el de más p´allá, el italiano Berlusconi, viva estampa neoliberal o auténtico neocon.

No se si eso es volver a la esclavitud de la antigua Roma (hoy capital de Italia, ya saben, la nueva finca de Berlusconi, con el Vaticano allí mismo y tal, en un piepava), o supone dar carta de naturaleza a esos horarios laborales, leoninos, ya existentes –aunque a hurtadillas-, cercanos a la mitad de un día y su correspondiente noche. O sea, 12 horas, aunque parece ser que se quedará en casi 11. Eso sí, dejando para descansar solamente uno, el domingo, tal y como dicen las escrituras que hizo, y estableció, el creador del mundo. (…Y al séptimo descansó).

¿No será que estos gobernantes, muy a bien con sus iglesias en directa relación a sus espíritus conservadores, se han decidido a seguir los bíblicos consejos y sagradas enseñanzas, y en vez de empezar por el respeto a los demás, por el no deseo de la mujer del prójimo (y del marido de la prójima), por el perdón, por el amor fraterno, etc, etc, van a comenzar con esto a modo de prueba, a ver cómo sale y tal, para luego ir introduciendo lo demás?.

Y ojo, que los súbditos de la reina madre hasta pueden estar dispuestos a cargarse su semana inglesa. Es lo que toca para que, con ese único día de descanso, salgan las cuentas con una jornada laboral de 10 horas y 50 minutos.

Un ejemplo: de 8 de la mañana a 2 del medio día; una hora y media para comer -que no está nada mal- y, por la tarde, de 4´30 a 9´20 de la noche.

Supongo que para conciliar la vida laboral y familiar se ofrecerá la posibilidad de hacer la jornada en tres turnos. Me explico: se retrasa la entrada por la mañana para llevar a los niños/as al colegio; la salida, un poco antes por aquello de la comida y tal; por la tarde, vuelta a salir antes para tener tiempo de los quehaceres propios de madre/padre; y una vez acostados los niños/as, por aquello de cubrir las horas reglamentadas, nueva incursión en el tajo, por ejemplo desde las diez de la noche hasta la una de la madrugada,

Si, además, se va a echar a muchos inmigrantes, precisamente a los sin papeles, que trabajan lo que les pidan por tal de quedarse, chunga, muy chunga pinta la cosa. Porque generalizarse, lo que se dice generalizarse…, no creo que se generalice tamaña barbaridad. Pero poner una herramienta como esta en manos de algunos, muchos, empresarios puede ser una bomba de relojería… con sus correspondientes, otra vez, daños colaterales.

También puede ser que cada país, al acercarse sus respectivos procesos electorales, decida derogar la medida. Porque en esos países también hay, creo yo, más obreros que patronos, ¿verdad?. Claro, que con lo que se ha visto en carreteras, campos, puertos pesqueros y tal, a saber.

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