Mascaras individuales, fieles a la tradición
Son la herencia de los Carnavales
Los individuales desfilan año tras año.
Mucho es lo que se habla de las peñas de Carnaval. Tanto, que a veces, nos hacen olvidar a los personajes individuales, aquellos que sin pertenecer a ninguna comparsa, desfilan su arte y su talento por las calles del pueblo abriendo el Carnaval. Y es que, estos personajes individuales son, sin lugar a dudas, el mejor reflejo del auténtico espíritu del Carnaval, los auténticos herederos de la tradición carnavalera.
Los hay de todos los estilos, algunos con elaboradas obras de arte de lentejuelas, plumas y escarcha, y otros tantos que optan por la indumentaria propia del típico “mamarracho”, que con cara cubierta intentan disimular quien se esconde debajo.
Muchos individuales han sido los encargados de representar a los personajes
Además, si hay algo que caracteriza a estos personajes individuales es su gran atracción por el festejo, son auténticos carnavaleros, que año tras a ño no faltan a su cita con el pueblo de Águilas: María, Merche, Marisol, Ana María, José Luis Sálas… y otros muchos que haciendo acopio de imaginación y trabajo logran sorprender a todos los que cada año acuden a ver los desfiles de Carnaval.
Es tanta la tradición y la vinculación de estas personas con el Carnaval, que la mayoría de ellas han representado con gran acierto y maestría a diferentes personajes de nuestra fiesta.
Así, entre las individuales se encuentra la primera Musa que tuvo nuestro Carnaval, Mercedes Ibáñez, la única mujer que ha sido Musa y Cuaresma, Marisol López, la Musa 2002, Ana Mª Castro, y la más reciente, María García, que interpretó a la “bestia” con gran maestría. Y es que, nadie mejor que ella conoce los entresijos de esta figura, ya que su marido, Lorenzo Hernández, se convirtió en su progenitor.
Este año, no cabe duda, de que los individuales volverán a sorprendernos, con su elegancia o con su humor, con la cara cubierta o con sofisticados maquillajes, envueltos en plumas o dentro de cualquier vestido viejo, pero sea como sea formando parte de una fiesta en la cualquiera tiene cabida, ¡que para eso es Carnaval!.
