“Hice vida separada de mi mujer durante el confinamiento por miedo a que pudiera pasarle algo”

Entrevista a Pedro Sánchez Ros, de Protección Civil de Águilas

Entrevista realizada por Ginés Jesús Gómez M.

Unas semanas después de que concluya el estado de alarma en España, desde La Actualidad decidimos entrevistar a Pedro Sánchez Ros, de Protección Civil. En el cuerpo de Protección Civil llevaron a cabo numerosas tareas durante el estado de alarma a causa del COVID-19 que nos contará el propio integrante del cuerpo, entre otras interesantes cosas.

¿Cómo fue para Protección Civil el estado de alarma a causa del coronavirus?
En términos generales, nosotros empezamos el 13 de marzo, cuando se decretó el estado de alarma. Empezamos cerrando playas, parques, jardines y demás. Con el confinamiento comenzaron los problemas de servicios sociales, que son la gente mayor que necesita ayuda para comida, medicación y demás. Nos coordinamos con Servicios Sociales municipales y las concejalías del Ayuntamiento de Águilas para sacarlo todo adelante.

Desde el cuerpo de Protección Civil llevaron numerosas actividades a cabo, como realizar la compra a personas dependientes, la procesión de la Virgen de los Dolores en el día de la Patrona, ir a felicitar los cumpleaños, etc.
Sí, todo eso se hizo a través del voluntariado. Desde el Servicio Municipal, por ejemplo, también nos enteramos que hacían falta varios respiradores de buceo para hacer respiradores sanitarios, y entonces hicimos una campaña de recogida que duró dos días porque Águilas se volcó tanto, que en tan poco tiempo conseguimos todas las que nos pidieron desde el hospital de Cartagena.

¿Y cómo era el día a día?
El día a día era más de una gestión con el usuario. Nosotros recibimos telefónicamente todos los avisos del 1-1-2. También era una lucha contra la picaresca. Había gente que se aprovechaba de las circunstancias y, sin necesitar tanto como otros, se aprovechaban de la situación para sacar más beneficio.

¿En algún momento sintieron miedo?
Sí, miedo sentíamos todos los días. Piensa que nos vimos en una situación que ninguno la habíamos visto en nuestra vida. No sabíamos a qué nos enfrentábamos. Solo sabíamos que era un virus con una capacidad de contagio abismal. Aquí nos montamos nuestra propia estación de desinfección, y cada vez que entrábamos y salíamos nos desinfectábamos todos, incluso los coches. Sinceramente, sí, sentíamos miedo durante las peores semanas.

¿Y cómo fue personalmente?
Duro, porque mi mujer es asmática crónica y yo todos los días tenía que salir y venir a trabajar. Cada vez que volvía a mi casa me desinfectaba, lavaba la ropa, me duchaba, pero nunca puedes saber si vas a llevar al “bicho” a tu casa. Ya que me preguntas a nivel personal, yo hacía vida separada con mi mujer por el miedo que yo tenía por ella. Así que sí, fueron unas semanas muy duras.

Durante el confinamiento, ¿hubo más peticiones para ser voluntario?
Sí, se recibieron llamadas y se produjo un efecto llamada. Yo creo que producto de la situación, al estar la gente confinada y ver Protección Civil desde los balcones, generó que se conociera al cuerpo de Protección Civil, pero nosotros siempre hemos estado ahí. Son más de 20 años trabajando aquí, pero estamos un poco más en la penumbra. No tenemos un departamento de prensa y no se nos da a conocer tanto. Ahora, al vernos más en la calle sí que se ha generado un efecto llamada y se ha realizado una serie de altas superior a las que registrábamos.

¿Puede contarnos alguna anécdota destacada durante las semanas más duras de confinamiento?
Un día tomando café, me dijo Antonio, un voluntario que lleva las redes sociales, que había visto en Facebook que había un hombre que estaba vendiendo los juguetes de sus hijos para comprar comida. Desde Protección Civil pusimos los mecanismos a funcionar y a media mañana ya habíamos conseguido un vale para comprar comida y que no vendiera los juguetes de su hijo.

¿Y cómo ve la situación ahora? Con algunos nuevos casos en Águilas, con un brote importante en Lorca, otro en Totana y otro en Mazarrón…
Es imprevisible. Seguimos con la estación de desinfección montada aún. Lo único positivo que te puedo decir es que creo que tenemos la lección aprendida, y que todo lo que hemos aprendido nos va a hacer más responsables. Espero y hago un llamamiento, tanto a los jóvenes como a los más adultos, para que tomemos las medidas de seguridad y protección que todos estamos hartos de oír en todos sitios, y que lo cumplamos. Si somos responsables, podemos frenarlo y debilitarlo, sino no sabemos a dónde vamos a ir a parar.

Y ahora, también se suma la llegada de pateras, con un día histórico para Águilas con la llegada de 8 pateras en menos de 24 horas…
Lo vivimos con mucho estrés, tanto el voluntariado como el personal que está de guardia. Ahora se espera otra oleada, entonces estamos en alerta. Durante estos días van saliendo avisos que son falsas alarmas…

¿Se sienten protegidos ante la llegada de pateras?
Sí, nosotros tenemos EPIs para poder trabajar. De hecho, recientemente he estado en San Javier haciendo un cursillo para trabajos en zonas de COVID-19. Estamos preparados y estamos protegidos para afrontar la situación.

Por último, si quiere mandar un mensaje de concienciación a todos los aguileños…
Para todos los aguileños y para todos los que nos visiten, recalcar que se puede salir a disfrutar y a tomar una copa, respetando las normas establecidas. Eso es primordial, así como el uso de la mascarilla, que vamos a tener que acostumbrarnos a ella porque vamos a tener que llevarla durante varios meses. Recalcar que debemos respetar las medidas de seguridad contra el COVID-19, tanto niños, adolescentes, adultos, mayores, todos tenemos que respetarlas y cumplirlas.

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