Nuestra Señora la Virgen de los Dolores

El próximo viernes se celebrará en la localidad el Viernes de Dolores, día en el que muchos aguileños manifestarán su fervor hacia la Patrona de Águilas, bien acompañando el Trono, bien ofreciéndole unas flores.
A su paso por las calles, caminando a hombros de casi un centenar de costaleros, la Madre de los aguileños será el blanco de vítores espontáneos que la llamarán “Guapa” o “Reina del Cielo”; vítores que irán, en el común de los casos, acompañados de lágrimas de emoción.

Demostrar el amor hacia la Madre de Dios: la Virgen de los Dolores, es una tradición aguileña inherente a la localidad desde sus albores. Ya el día 2 de octubre de 1855 se adoptaba en Águilas un acuerdo municipal, que declaraba a La Dolorosa, Patrona Particular de la Villa.
Así fue cómo los aguileños demostraron su devoción y agradecimiento a esta Virgen , en una época en la que Águilas estaba sumida en el miedo al contagio de la “cólera morbo”. En julio de ese mismo año, la epidemia se había propagado de manera alarmante entre los vecinos, los cuales, se postraban ante la Virgen pidiendo, con plegarias, que se les librara del cruel azote. Cuando en septiembre de ese mismo año remitió la epidemia, se extendió en Águilas la creencia de que la Virgen había intercedido para ello. Fue así como el vecindario solicitó que se la nombrara Patrona de Águilas.
Pero el nexo de unión de esta bella imagen Salzillesca y el pueblo de Águilas va mucho más allá. Son varias las preciosas leyendas que arropan a la Patrona y la acercan a sus devotos, ella, que está unida a la historia del mar y a sus gentes desde finales del S. XVIII.
En el libro de Antonio Cerdán, “Misceláneas”, se da buena cuenta de las leyendas de La Dolorosa de Águilas.
La primera, habla de Fray Marcelo, un anciano y humilde pescador, fervoroso franciscano, que salía todas las mañanas en su frágil embarcación para decir Misa en el mar. En su barca, llevaba siempre consigo una imagen de la Virgen y por ello, unos musulmanes querían darle muerte. Así que según la leyenda, estos árabes persiguieron la embarcación del fraile durante un día de niebla, hasta dar con él y clavarle una daga. En ese momento, el fraile se abrazó a la imagen de la Virgen, cayendo ambos al agua. El milagro se obró minutos más tarde, cuando el anciano y la pequeña imagen emergen de las aguas. La Virgen ya no era una pequeña talla, sino una mujer de tamaño natural, que protegiendo con su manto al pescador, logró salvarle la vida.
Otra de las hermosas leyendas, data de los abuelos de nuestros abuelos. Ya que viejos pescadores afirmaban, que faenando un día cerca del monte de l´Aguilica, recuperaron de entre sus redes un gran cajón en el que se encontraba la imagen de la Virgen de los Dolores, por ello se le denominó el “Bol de la Virgen”.
Pero el vínculo de La Dolorosa y las gentes de mar no acaba aquí, ya que fue un pescador el que la tuvo escondida en su casa durante los años de la Guerra Civil y gracias a él, está hoy con todos nosotros. Por todo esto y más, la Virgen de los Dolores es la Virgen de Águilas, la Virgen del Mar.

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